Capítulo 44

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, Anko daba las instrucciones a los equipos supervivientes de la primera prueba de los Exámenes Chunnin. Al mismo tiempo que los celos sobre el matrimonio Von Carstein se notaban.

Por otro lado, Karl Franz regresaba de su derrota en Nagashizzar para salir del trono de Sigmar para encontrarse con viejas siluetas del pasado.

P. O. V. Normal

Hi no Kuni, Konohagakure no Sato, Campo de entrenamiento número 44

El Equipo 7 se adentraba con paso firme y en completo silencio por el Bosque de la Muerte. Algo que había extrañado en gran medida tanto a Vlad como a Isabella por no escuchar las quejas de su compañero de equipo.

Naruto: (No sé cuál será tu plan, Uchiha, pero no te dejaré culminarlo). Pensó el conde de Sylvania mientras avanzaban en línea recta en dirección a la torre que se situaba en medio del lugar. – (Pero mira por dónde, si son los lacayos de Hiruzen y el resto de vejestorios del Consejo. Han mandado a sus perros a por mí e Isabella. No podía esperarme menos de esos viejos) -. Se dijo mientras notaba como decenas de presencias haciendo un cerco sobre ellos. Su número y nivel de chakra descartaba la posibilidad que fuesen Gennins y, por lo tanto, la única opción factible era que se tratasen de anbus al servicio del Sandaime o los consejeros ancianos.

Con eso en mente Vlad giró su vista hacia su flanco izquierdo para encontrarse con los ojos relajantes y tranquilos de su amada. Por el exterior parecía que no supiese del contingente enemigo que se avecinaba contra ellos, pero si te fijabas bien te darías cuenta de que tenía sus músculos rígidos; estaba lista para combatir.

Tayuya: (No aprenden nunca. Bueno, serán más cadáveres para nuestra legión). Pensó la condesa mientras avanzaban y se fijaba de todo lo que pasaba a su alrededor.

Mientras marchaban directamente hacia su objetivo, con los anbus persiguiéndolos confiados de cumplir con éxito su misión, el Bosque de la Muerte enseñaba a sus nuevos visitantes el motivo de haberse labrado dicho título: los temblores producidos por los pasos de criaturas gigantescas no paraban de sucederse uno detrás del otro, como si la fauna que habitaba el lugar estuviera hambrienta y con sed de sangre; los chillidos de las bestias se entremezclaban, formando un coro de gritos monstruoso, capaz de intimidar a los anbus; y con lo que mejor disfrutaban los condes vampiros era con los lamentos de los Gennins que, desafortunadamente, se toparon con la fauna del lugar.

Toda esa mezcla sangrienta y grotesca de sonido hicieron meya en Sasuke que, con el corazón aporreándole el pecho con fiereza, ya comenzaba a sucumbir completamente a la locura que arrastraba su clan durante generaciones. Los últimos restos de cordura que fueron capaces de sobrevivir durante tantos años, finalmente sucumbieron a la enfermedad que padecía su cerebro.

Ahora el último Uchiha que quedaba en Konoha solamente tenía pensamientos sobre su grandeza, el asesinato de su hermano mayor, los planes que tenía para Konoha, la destrucción de Naruto y apoderarse de Tayuya para convertirla en una máquina de crianza de los futuros Uchihas.

Su mente había implosionado de una manera que el Arquitecto del Destino estaría encantado de anotar e investigar. Si antes no pensaba con claridad, actualmente no atendía a razones.

Sasuke: (Pronto serás mía, puta). Pensó el hermano menor de Uchiha Itachi mientras le inundaba la mente pensamientos depravados en los que la protagonista era Tayuya.

Tras recorrer unos cientos de metros y situarse más o menos a un kilometro de distancia de la entrada al campo de entrenamiento número 44, el Equipo 7 se topó con su primer rival. Era un equipo de Konoha y en sus rostros se denotaba el más absoluto terror. Todavía no sabían como habían podido sobrevivir tanto tiempo en un sitio como este. La Academia no les había enseñado a soportar y vivir estas situaciones.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora