Capítulo 82

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, Kumo se preparaba para su enfrentamiento con su Daimyo mientras Iwa recibía una oferta por parte de Orochimaru.

P. O. V. Normal

Uzu no Kuni, Uzushiogakure no Sato, Nuevo Castillo Drakenhof

Las obras para la reconstrucción de Uzushiogakure no Sato y el levantamiento de Nuevo Castillo Drakenhof marchaban excelentemente bien. Desde que su señor, Vlad von Carstein —más conocido en las tierras extranjeras como Uzumaki Naruto—, aplastó la revuelta de una chusma de Vampiros y se fue devuelta a Konohagakure no Sato para participar en las finales de los Exámenes Chunin las cosas se calmaron bastante.

Pero para Hikaru von Carstein, Castellano de Nuevo Castillo Drakenhof, no lo había sido. Mantener el ritmo inicial con el cual había comenzado a erigir la fortaleza de Lord Vlad fue difícil. Por cada nuevo ejército que se iba por las puertas de los muros exteriores significaba menos mano de obra para completa la faraónica obra.

Para intentar suplir esa momentánea pérdida de proletarios envió a su guardia personal, los Guardias Sangrientos, arrasar y traer mediante carros de cadáveres a todos los muertos de los pueblos cercanos. De esta manera incendiaron todas las poblaciones de pequeño tamaño de la frontera cercana con Hi no Kuni.

Cuando los nobles locales intentaron hallar la respuesta de los saqueos con pequeñas unidades de poco más de un centenar de efectivos, ya que pensaban que se trataba de piratas, fueron emboscadas por sus Espectros, añadiendo todavía más hombres para las cuadrillas de trabajadores.

La desaparición de esos Ashigarus ocasionó el envío de nuevas patrullas, cada vez de mayor tamaño hasta alcanzar la cifra de trescientos soldados de leva, con cada nuevo intento teniendo el mismo funesto destino que el anterior.

Así estuvieron durante semanas hasta que el gran número de desapariciones provocó la intervención de los samuráis.

La creciente falta de mano de obra —y de suministros de sangre fresca— escaló hasta convertirse en una disputa fronteriza con los pocos nobles locales que, sabiendo con quiénes estaban tratando, no recularon. Muchos al enterarse de que los Von Carstein se hallaban actuando cerca de sus dominios, en algunos casos ya en sus tierras, decidieron abandonar a sus súbditos —y sus impuestos— a su suerte antes de provocar la ira de los Uzumaki y Von Carstein unida.

Pero hubo algunos que se negaron a claudicar y reunieron, por última vez, un nuevo ejército para acabar con lo que consideraban una injusticia. Para esta misión —suicida— reagruparon una fuerza de tres mil Ashigarus y unos mil samuráis.

Esta nueva amenaza perturbó nada a Hikaru, que no los consideraba nada más que escoria que no sabía su lugar natural en la cadena alimenticia del mundo. Aunque este ejército se reuniese ante Uzushiogakure no Sato no podrían iniciar un asedio en condiciones.

Rápidamente apartó a los mortales de Hi no Kuni de su mente y se centró en el mapa que tenía delante; más que un mapa era el plano de Nuevo Castillo Drakenhof.

Los muros exteriores y los accesos a la Alea estaban terminados. El puerto todavía no se encontraba al cien por ciento porque faltaba la construcción del último muele que daría espacio para media decena más de barcos para la tripulación de Salazar.

Los caminos empedrados surgieron por toda la antigua Aldea Oculta entre los Remolinos como las ramas de un árbol construyendo un entramado de barrios de todo tipo. Durante todo este tiempo pequeños grupos de decenas y/o centenares de humanos acudieron a sus puertas para servir a los Von Carstein; algunos por miedo; otros por ver mejorar sus vidas.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora