El Resurgir de los von Carstein

Capítulo 13

En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, nuestro protagonista recordaba el momento que se destapó la máscara y masacraba a la aristocracia de Sylvania, para después utilizar un antiguo encantamiento de los Nueve Libros de Nagash e levantar a todos los muertos de la Provincia y convocarlos junto a los monstruos a su voluntad.

Seguidamente despertó del recuerdo por Isabella, para más adelante ir a "cazar" por la aldea oculta entre las hojas.

P. O. V. Normal

En algún lugar de la costa de Hi no Kuni

Nos situamos en un pueblo costero del País del Fuego. Un pequeño poblado en la costa que vivía del pescado que pescaban en sus costas y de la pequeña industria artesanal que producían herramientas y artilugios varios. Era una población diminuta, de no más de 800 habitantes, la mayoría dedicándose al oficio de la pesca desde hacía generaciones.

Sus hogares estaban erigidos en las ruinas de una anterior población a ellos. Cuando llegaron al lugar solo encontraron esqueléticos cadáveres blancos, con hogares derruidos, la plaza del ayuntamiento mancillada con diferentes signos paganos y un puerto a medio hacer. Con ese panorama comenzaron la reconstrucción, con las ruinas siendo substituidas por casas de madera con techos de paja. El ayuntamiento renovado de cabeza a los pies, con los signos herejes extraídos de la tierra para quemarlos en una inmensa hoguera, y el puerto acabado llegándose a introducirse unos 50 metros en el agua.

La vida en el poblado fue en algunos momentos buena y bella, mientras que hubo momentos dónde la muerte, pobreza y desolación azotaron este lugar como una tormenta monstruosa, que arrasaba todo a su paso, dejando que la poca vida que quedase tras su ida tuviese demasiados problemas para reconstruir lo destruido, además, con la muerte regando el lugar cada cierto tiempo no tardo en llegare una furtiva oleada de ratas que, no obstante, fueron repelidas y exterminadas para que no osasen alimentarse de los caídos.

Sin embargo, tras la Tercera Guerra Mundial Shinobi el poblado fue asaltado y casi llevado a la extinción por parte de los shinobis de Kirigakure no Sato, pero que tras el final se pudo recuperar muy lentamente. Ahora mismo parecía ser que todos los esfuerzos que hicieron sus antepasados y adultos actuales para mantener este sitio, su hogar en pie fuesen meros intentos débiles para detener a la asolación que se estaba llevando a toda la población.

Hacía unos meses no pararon de sufrir lluvias y tormentas constantes, haciendo que les sea muy difícil recolectar algún alimento. Después, una extraña enfermedad comenzó a cebarse con los peces, para poco tiempo después fuese a por los humanos, reduciendo su población a poco más de 8 centenares, cuando antes podían llegar a decir con orgullo que podían ir a superar los 5 millares de habitantes. El alimento y el dinero comenzó a escasear, por lo que el alcalde, en un loco intento por mantener su nivel de vida y el de sus subordinados más fieles, empezó a subir los impuestos y requisar la poca comida que les quedaba, para iniciar un repartimiento "justo" de los restantes recursos que se iban acabando más rápido de lo que querían. Tras eso y la ola de muerte producida por la inagotable y continua lista de fallecimientos de la horrenda plaga que sufrían, una segunda y más numerosa oleada de ratas cayó sobre el pueblo como una marea que no le importaba nada la vida de dicha gente.

Lentamente los roedores fueron colándose en los almacenes y acabando con las existencias que subsistían, por lo tanto, la población, con hambre y completamente fuera de sí se alzó contra los gobernantes y los asesinaron, saqueando sus hogares y llevándose sus alimentos para ellos, al pensar que los burgueses habían guardado la comida para ellos. Solo se encontraron migajas comparado con la cantidad que ellos ingerían normalmente, además, antes de que a todos los burgueses fuesen colgados por supuesta traición hacia sus ciudadanos, enviaron un mensajero al noble de la región para que sofocase la revuelta, y la población al saber de ello se preparó para la guerra. Pero, para sorpresa de todos nunca llegó ningún regimiento de ashigarus o samuráis del noble, y cuando formaron grupos de exploración se encontraron con los cadáveres de varios cientos de soldados, todos hombres del noble, con la cara y partes del cuerpo sin carne por culpa de las ratas.