Capítulo 66

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, una semana había pasado desde la invasión de Orochimaru y nuestro protagonista se enfrentaba al Consejo de Konoha.

P. O. V. Normal

Más allá del Continente Elemental, Reinos Mortales, Reino de Aqshy, Fuerte del Fuego

Capitán sigmarita 20: Mi señor... El enemigo se prepara para lanzar un nuevo asalto. Ya he ordenado a los hombres que estén listos. Lo estamos esperando. Le dijo uno de los capitanes al cargo de la guarnición de la sección norte del Fuerte del Fuego, en su hombrera derecha se distinguía a un león dorado sobre un fondo de gules, el símbolo de los Leones Dorados.

El Fuerte del Fuego era la fortificación más importante y vital de todo el Reino de Aqshy, el Reino del Fuego. Si caía nadie impediría que la horda de bárbaros que los asediaban se lanzasen sobre la capital, Hammerhal Aqsha. No debían caer. No se lo podían permitir.

Karl Franz, Paladín de Sigmar, se quedó mirando la estatua de su dios durante un momento más antes de responder.

Karl Franz: Gracias, capitán. Le respondió aun sin mirarlo, pensando en la batalla que libraría ahora. – Vuelva con sus hombres y prepararse para lo que se avecina.

Sin decir nada el capitán realizó un saludo militar antes de retirarse de la sala para comandar a su compañía de espadachines. Había sufrido alrededor de cuarenta bajas en la batalla contra los siervos de los Poderes Ruinosos y tenía que pensar muy bien cómo administrar la fuerza de su mermada unidad. Si perdía un número considerable se tendría que retirar con lo que quedase de su compañía al estar completamente inutilizada para la defensa.

Desde su derrota a manos de Nagash Karl Fran se sentía inferior. Había sido humillado por un montón de huesos con el poder de un dios. No tuvo oportunidad desde el principio. Ni con todo el poder que tenía y empuñando a Ghal Maraz, como en sus tiempos como Emperador del Imperio, pudo con él. Había llegado demasiado tarde para impedir su resurrección y, aun estando recién devuelta al plano material el dios de la Muerte lo derrotó como si fuera un mero crío aprendiendo a empuñar un arma.

Al recordar el combate con el Señor de los Muertos un escalofrío helado recorrió su cuerpo y sintió la punzada de una herida fantasmal en el hombro izquierdo, donde la espada de su enemigo, la Espada Mortis, le golpeó y desgarró la carne como si estuviera desmenuzando a un cordero. Ningún médico pudo hacerle desaparecer el dolor que persistía y se mantenía en donde estuvo la herida cerrada físicamente.

La cantidad de muertos que hubo ese día superaron su expectativa, ya que esperaba detener la resurrección de Nagash. Al final del día todas las pérdidas sufridas se unieron a la creciente legión de No Muertos del restaurado Señor de Shyish.

Cuando recobró la conciencias y se dio cuenta de que no estaba muerto rápidamente decidió retomar el mando de la defensa y plantarse en contra de Nagash hasta el final, sin importar si caía en batalla.

Con los huesos y músculos adoloridos y agarrotados por el paso del tiempo y las heridas Franz se hizo paso entre un mundo putrefacto y muerto, cargado de energías nigrománticas por todos lados, y solamente encontrándose desolación a su paso.

Luego de tres duras semanas sobreviviendo de lo poco que encontraba se topó con una compañía, solamente teniendo a un veinte por ciento de los efectivos requeridos, patrullando los alrededores de Angalach. Los había enviado Gelt como una de las tantas fuerzas de reconocimiento para averiguar por donde marcharía la legión de No Muertos del Gran Nigromante.

Cuando lo vieron se alegraron y lo trajeron directamente ante su viejo amigo, donde él le resumió la caótica y desastrosa situación tanto en el Reino de la Muerte como en el resto de los Reinos Mortales. Nagash acaparando el poder del Viento de Shyish y reuniendo a sus poderosas huestes de No Muertos por todo el Reino Mortal; mientras tanto el Caos había vuelto con una fuerza avasalladora, cayendo el Reino e Ghyran en manos de Nurgle; Archaon, que lideraba la inmensa fuerza invasora, se lanzó sobre Ochopartes, resistiendo la poderosa y antiquísima fortaleza ante los envites y asaltos de grandes hordas de guerreros y Elegidos del Caos.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora