Capítulo 26

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, un clon de Isabella se encontraba dominando el Consejo de Konoha a su placer, consiguiendo desmontar los planes de los consejeros al mover las fichas e impedir que hablasen de sus temas preparados.

Por otro lado, con el matrimonio de la noche iban junto a sus compañeros de misión hacía Nami no Kuni, pero por el camino se encontraron con los Oni Kyodai, provocando que nuestros protagonistas desenvainen sus espadas y los derroten rápidamente.

P. O. V. Normal

Uzu no Kuni, Uzushiogakure no Sato, Nuevo Castillo Drakenhof

Karin: ¿Cómo que hemos perdido a todo un regimiento de esqueletos de nuevo? ¡¿Decidme como diantres perdemos un millar de nuestros guerreros, así como así sin ninguna explicación?! Pregunta completamente hecha una furia la Dama de las Bestias al saber por parte de los vampiros dentro de la corte del Nuevo Castillo Drakenhof de que, el regimiento de esqueletos que habían conseguido reunir de una de las últimas batallas navales de la Guerra Civil de Kiri había desaparecido cuando fueron enviados a hacer una misión de reconocimiento en la frontera con Yu no Kuni junto a un Nigromante que no se acordaba de su nombre, poco le importaba saberlo ahora. Lo único que le importaba era la perdida de esos soldados. Ellos todavía no estaban en el momento de poder derrochar todos los efectivos que quisiesen al no contar con unas legiones de números desproporcionados para las fuerzas armadas de las diferentes aldeas ocultas, por lo que hasta el último soldado cuenta en estos momentos de preparación.

La voz de Karin no para de resonar por el salón de reuniones en la que se encontraba sentada en un sillón de tela rojiza como una rosa en proceso de podredumbre, con la madera trabajada y formando la figura de un murciélago preparándose para atacar con su dentadura en los reposabrazos. Las palabras de la hermana de la ex condesa de Sylvania se adentraron en el cerebro de los vampiros por sus oídos, destruyendo todas sus maquinaciones que se encontraban creando ahora mismo o las que llevaban algo de tiempo en marcha, solo para escuchar la voz de la actual líder en espera que los señores de su clan regresen a su hogar para iniciar la gran cruzada contra los humanos.

Takeshi: Mi señora. No sabemos cómo ha sido eso posible, pero le aseguro que no descansaremos hasta encontrar la razón de tan extraño suceso. Lo juro por Lord Vlad y Lady Isabella. Le jura Takeshi von Carstein. Antiguamente fue otro miembro del clan del Remolino. Siendo ahora no solo parte de la aristocracia de la noche, sino que, además era un Nigromante con bastante poder comparado con la chusma que tenía bajo sus órdenes. Él había sido instruido un poco por nuestro protagonista, pero gran parte del conocimiento que atesoraba minuciosamente y con sumo cariño retenía en su mente eran de horas de lecturas de las copias escritas de los libros que sus amos tenían en sus memorias como señores de la no muerte. El que antaño fue Uzumaki Takeshi tenía rozaba por muy poco la estatura media. Su cabello rojo como balde del color de la sangre estaba revuelto en un remolino desordenado, dando a entender a todo el mundo un significado claro: a los Uzumakis nadie les controla. Por otro lado, sus ojos, aunque tenía un toque rojizo, en realidad eran de un lavanda claro. Llevaba puesto una camisa y pantalones oscuros mugrientos y repletos de polvo, y por encima de esos ropajes descansaba una capa de pieles podridas de animales cazados por los hijos de la Dama de las Bestias, así algunas tiras todavía conservaban el gustoso olor de la sangre impregnadas en ellas, mientras que otras por desgracia se habían evaporado con el tiempo. Por otro lado, como armas blandía una espada funeraria repleta de sellos Uzumakis como defensa cuerpo a cuerpo -por mucho que el propio Takeshi pensase que nunca la necesitaría utilizar-, que, aunque como todo Uzumaki era un maestro del Kenjutsu, donde realmente destacaba era en la maestría que no solo suponía la hechicería, sino que, además podía levantar regimientos enteros de muertos a su placer y crear poderosos y destructivos hechizos que podían llegar a destruir a cuadros enteros de enemigos en segundos.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora