Capítulo 54

216 13 0
                                    

En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, las finales de los Exámenes Chunnin comenzaban con Hiruzen teniendo más problemas de los que podía solucionar con el Consejo Civil y Jiraiya.

P. O. V. Normal

Hi no Kuni, Konohagakure no Sato, Estadio de las finales de los Exámenes Chunnin

Mientras los habitantes de la aldea y los visitantes de todas partes del Continente Elemental se iban sentando tranquilamente en sus asientos para presenciar los combates de los finalistas y ver cuáles de estos shinobis se acabarían convirtiendo en Chunins de su aldea, un cambio ocurrió con el viento. De repente, un poderoso vendaval comenzó a surgir por todos lados, asustando a los asistentes y Gennins que lucharán entre sí —que ya estaban alineados en una fila recta horizontal para que el público los viese bien—, a excepción de Sabaku no Gaara, que parecía emocionado por lo que estaba ocurriendo si se fijaban bien los ojos en la sonrisa sedienta de sangre que estaba esculpida en su rostro.

El viento se fue convergiendo delante de los Gennins tomando forma de tornado. El aire les golpeó el rostro, haciendo rasguños y pequeñas heridas en el cuerpo y ropajes que llevaban puestos; era como si fuera unas garras afiladas que cortaban el aire y se precipitaban tenuemente sobre ellos, como burlándose de su poder.

Entonces el tornado rugió como si fuera una tormenta que desencadenó todo su poder y furia sobre el ambiente que tenía a su alrededor. Trozos enteros de tierra, que parecía más piedra extraída de forma forzosa del suelo por la fuerza del viento, se elevaron y subieron por el tornado hasta salir por los aires expulsados de él con los pocos restos pulverizados que se esparcían y desaparecían para siempre al ojo humano para unirse a los alrededores del tornado.

Eso dejó sorprendido a todo el público en general, nadie conocía de un jutsu capaz de crear un tornado tan bien controlado y de tal majestuoso poder. Por los rostros de los Gennins y shinobis nadie era responsable de tal demostración de poder, quedando grabando a fuego lento en la mente de la, sorprendida y con ojos , hija del Yondaime Kazekage, Sabaku no Temari.

Se decía que ella era una de las mejores Kunoichi de Sunagakure no Sato y una pródigo en lo que se refería al elemento Fuuton, por lo que alguien dejase esa poderosa técnica a ojos de todo el mundo la dejó muda y llena de envidia por no tener tal jutsu en su arsenal.

Pero mientras los ciudadanos de Konoha decían entre cuchicheos que esto era una demostración del poder del todopoderoso Uchiha Sasuke, que su poder hacia doblegar los elementos a su voluntad de hierro, Hiruzen no creía esos cuchicheos que rondaban por las gradas entre emocionados y exaltados civiles y shinobis de la aldea que dirigía. Él sabía perfectamente que estaba ocurriendo.

Ese no era un jutsu normal, era uno de los jutsus del Clan Uzumaki que, por lo que tenía entendido entre rumores y mentiras que circulaban por el mundo shinobi, ese era uno que les daba la capacidad a los Uzumakis de desplazarse a grandes distancias en unos instantes, una teletransportación en toda regla que todas las aldeas querían para ellas pero que los hijos de Susanoo no compartieron con nadie, incluso no sé lo dijeron a sus parientes del Clan Senju

Se creía que, después de la Caída de Uzushiogakure no Sato a manos de la alianza formada por Kumo, Iwa y Kiri, se perdió los secretos de cómo realizar el jutsu ya que el Clan Uzumaki selló sus secretos en alguna parte de la aldea ya en ruinas para que nadie pudiese apoderarse de él. Aunque los pocos supervivientes de la batalla estuvieron revisando el lugar durante días no hallaron ninguna pista de dónde se hallaban los rollos que hablaban del jutsu.

Hiruzen al presenciar el jutsu sintió un terror que no tenía desde que presenció como su maestro, Senju Hashirama, fue masacrado en combate hasta el borde de la muerte por la mano de Uzumaki Mito. Hasta donde sabía lo último que supo ese jutsu fue la misma esposa de su maestro, pero ahora comenzaba a creer en serio que Kushina fue entrenada para dominarlo.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora