El Resurgir de los von Carstein

Capítulo 47

En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, las preliminares de los Exámenes Chunnin se organizaron para reducir el número de shinobis que participarían en las finales, con nuestra pareja de inmortales ganando sus respectivos combates.

P. O. V. Normal

Más allá del Continente Elemental, reino del Caos, fortaleza de Archaon

Todas las huestes de los dioses del Caos, desde humanos hasta demonios, habían sido convocadas por órdenes de Archaon. En unos pocos días hordas de incontables números rodearon la fortaleza del Elegido montando un campamento que parecía no para de abarcar hectáreas y hectáreas de terreno.

Los distintos campeones de los Poderes Ruinosos no conocían el motivo por el cuál el coronado Paladín del Caos y comandante supremo de las huestes de la oscuridad les había llamado forzándolos a detener las distintas campañas en las que estaban inmersas.

Entre los centenares de guerreros erigidos en el culto a un determinado dios del Caos enfurecidos por la decisión del Señor del Fin de los Tiempos se hallaban Valkia la Sanguinaria, Ku'gath el Padre de la Plaga, Kairos Tejedestinos, Bolorog, N'Kari, Skarbrand entre otros. Los paladines y generales antes nombrados habían formado, para sorpresa del mismísimo Archaon que no se lo esperaba, una alianza entre ellos para forzarle a reanudar las empresas que había detenido forzosamente; no obstante, no pensaron que el Elegido se hubiera preparado para esa opción. Enseguida el Señor del Fin de los Tiempos comenzó a desgarrar y malbaratar la tensa y débil alianza de los campeones de los dioses del Caos. Sabía que no aguantaría mucho tiempo si movía bien las fichas necesarias y exactas para aflorar el odio entre ellos, una cosa sencilla de conseguir; en poco tiempo sus manipulaciones dieron el fruto deseado.

Los exaltados y sanguinarios seguidores del dios de la Sangre empezaron a reorganizar sus partidas de guerra para lanzarlas sobre las secciones de los distintos dioses del Caos en el campamento; los putrefactos adoradores de Nurgle elaboraron nuevas enfermades y plagas, queriéndolas compartir con sus sanos camaradas de armas, por lo que legiones enteras retumbaron el suelo con su marchar a por los fanáticos del destino; los depravados de Slaanesh reunieron a sus guerreros y cargaron contra los locos feligreses de Khorne; y, finalmente, Tejedestinos, habiendo previsto los movimientos por parte de Archaon y sabiendo que serían inevitables porque estaban escritos en el hilo del destino, se adelantó a los acontecimientos destruyendo a decenas de huestes de plaga junto a sus hombres con poderosos hechizos.

A los distintos paladines de los dioses del Caos, salvo Tejedestinos, no notaron la mano de Archaon en la trifulca que rápidamente había degenerado en una verdadera escabechina hasta muy tarde ya que estaban centrados en honrar a sus dioses por encima de todo. Lo que había comenzado como una lucha entre seguidores de dos dioses distintos se transformó en una guerra abierta entre los cuatro poderes del Caos.

Cuando sus rivales se debilitaron lo suficiente para gusto de Archaon después de varias semanas de carnicería sin cuartel y él sin mover un solo dedo para impedirlo, el Señor del Fin de los Tiempos se puso manos a la obra e implantó orden donde antes no lo había; posteriormente, hizo llamar a todos los caudillos a una reunión para decidir los planes para la invasión de los Reinos Mortales.

Archaon: (Perfecto). Pensó el Señor del Fin de los Tiempos mientras escaneaba con su mirada fría y poderosa a todas las personas allí presentes. Aparte de las Espadas del Caos, su guardia personal, ante sus ojos se hallaban los principales caudillos y señores de la guerra de los dioses del Caos.

Valkia: Vamos, Elegido, cuéntanos tu maldita estrategia para que pueda reanudar cuando antes la recolección de cráneos para el Trono de Cráneos del gran Khorne. Le increpó la mujer del dios de la Sangre mientras sus seguidores la apoyaban con rugientes gritos de aprobación.