Capítulo 17

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, nuestros protagonistas se adentraron en el patio de la Academia Shinobi para terminar con el Examen de Graduación. Las siguientes pruebas fueron una demostración de Ninjutsu, una fase para conseguir puntos extras de lanzamiento de kunais y shurikens, y para finalizar se hizo un torneo de Taijutsu, en el cuál el matrimonio Von Carstein destrozó a todos sus rivales sin piedad alguna.

P. O. V. Normal

La noche caía sobre Konoha más rápido de lo que sus habitantes quisieron, ya que todavía se estaba hablando y intentando reflexionar sobre la información que les habia llegado a sus oídos: Naruto, al que todos los civiles y una parte cada vez más considerable de shinobis le llamaban el demonio o Kyubi junto a su amada Isabella habían conseguido derrotar a todos los miembros de su clase en la Academia y coronarse como los mejores de la graduación, algo que nadie se esperaba, ya que confiaron que su querido Uchiha sama terminase con Vlad para llevarlo al reino de los demonios donde provenía tal maldad que azotó su pueblo.

Los consejos de los diferentes clanes estaban muy asustados y nerviosos por la demostración de poder por parte del matrimonio Von Carstein, ya que pensaron que, aunque fueran Uzumakis no tendrían un nivel tan superior al resto de la clase para masacrarlos de esa manera. Ellos también se interesaron en los jutsus que dejaron ver en la prueba de Ninjutsu. Esa clase de técnicas podrían llegar a ser monstruosas a gran escala, capaces de destruir regimientos o batallones enteros de shinobis enemigos antes de siquiera llegar al cuerpo a cuerpo. Tan solo de pensar eso les hacia la boca agua y estaba ingeniando formas de apoderarse de esos jutsus para ellos, pero algunos de ellos en su corazón y mente sabían que iba a ser imposible obtener esas técnicas.

Algo muy parecido ocurrió en el Consejo de Konoha, dónde los ancianos, civiles y partidarios de los primeros dentro del Consejo Shinobi estaban en la misma situación que los consejeros de los clanes de la aldea. El poder de esos jutsus consiguió generar un hambre de conocimiento en Danzo, que pensaba que ese poder tendría que ser administrado por él entre sus tropas para el "bien" de la aldea, además de intentar exigir que todos los jutsus de los arsenales de Vlad y Isabella fueran depuestos para examinación del Consejo, solamente para obtener una copia de ellos y multiplicar su poder militar y, al mismo tiempo, una forma de tener a Naruto bajo su control con la amenaza de esparcir los jutsus por todo el mundo. Sin embargo, las exigencias del Consejo cayeron en saco roto, porque el fundador del Clan von Carstein no admitió las burdas locuras de los consejeros ebrios de poder y cuando les amenazaron con enviar a los anbus para requisar los jutsus, básicamente Naruto les dijo que si intentaban hacer eso creía que otra aldea oculta podría interesarle su hospedaje en ella, a cambio de algún que otro sello de su clan materno para la protección de la misma, claro está. Con esa amenaza encima de la mesa Hiruzen hizo callar las imposiciones de sus lacayos, sabiendo de antemano que el Clan Uzumaki cerraría sus puertas del Complejo, no pagarían los impuestos a la aldea -generando un agujero fiscal importante, ya que con los impuestos que pagaba el Clan Uzumaki se pudo reducir la carga impositiva a los civiles, un plan de Sarutobi para obtener todavía más apoyo por parte del lado civil de Konoha- y ellos tendrían que pagar el uso de los distintos sellos desplegados por toda la aldea, provocando grandes problemas en Konoha, ya que Naruto no los pondría baratos y ya el pueblo estaba acostumbrados a los artes del Clan del Remolino, por lo tanto, su impago y desaparición de los mismos por obra del hijo del Yondaime y la Princesa de Uzu podría acarrear unos dolores de cabeza importantes para el Sandaime, algo que no iba a permitir que ocurriese bajo ninguna circunstancia.

Con la noche dominando el cielo de la aldea y con un frío helado que transportaba, haciendo que todos los civiles se adentren en sus casas en busca de una fuente de calor para mantenerse calientes y los shinobis que les tocaba montar las guardias nocturnas preparándose bien para soportar las bajas temperaturas que azotaban su hogar como los colmillos de un lobo despedazando la carne de su presa ya asesinada.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora