Capítulo 51

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, Kushina y Naruto se enfrascaron en otro combate de prueba antes de la llegada del capitán Salazar y su flota a Nuevo Castillo Drakenhof.

P. O. V. Normal

Más allá del Continente Elemental, reino de Shyish, cercanías de Nagashizzar

No sabía si iba a salir bien. Solamente podía esperar a ver los resultados por sus propios ojos.

Una cosa que sí estaba segura es que tenía el tiempo como su aliada. Siempre lo había sido. Ser la primera de su raza, la fundadora de uno de los grandes vampíricos te daba esa habilidad para saber dicha ventaja. Había recibido grandes reveses durante toda su prolongada vida. Había ganado y había perdido, pero siempre el tiempo le había dado la victoria por la simple y única razón de que ella se lo podía permitir.

Con una mirada escaneó al ejército que tenía delante de ella. Allí estaba el poderoso ejército de Lahmia, la Ciudad Maldita, su hogar. Aquí se hallaba todo su poder. Las apretadas formaciones de falanges de esqueletos formaban a lo largo de lo que sería la línea de batalla.

Delante de ellos se encontraban la hueste de zombis que tenía su mando, esta vez siendo comandados por la voluntad de las Nigromantes que había escogido para esta misión. No soportaba absolutamente a los zombis. No los encontraba dignos de su presencia ni capaces para su función básica de ser carne de cañón; dicha función la ejercían mejor los guerreros esqueletos, mejores y que sabrían desenvolverse mejor en el campo de batalla. Pero no podía tener todo.

Más adelante si cabe deslumbraba los destellos de los fuegos en las cuencas en forma de parodia de ojos de sus arqueros no muertos. Miles de arqueros esqueletos, una de sus mejores unidades y de las más temidas, se organizaban en regimientos para descargar unas funestas y mortíferas lluvias de flechas. Entre esas organizaciones destacaba las Legiones de Khalida, una formación de cinco regimientos de arqueros que tenían el honor de portar el nombre de su prima. Era una pena que ella no pudiese presenciar su despliegue de eficacia.

Su mirada se dirigió esta vez al centro de su formación, momento que una sonrisa de orgullo surcó sus facciones bellas y nobles. Entre una multitud de esqueletos mohosos y resistentes reforzados con magia se podían ver el destello de las panoplias y armas de sus tropas de élite: la Guardia de la Señora Suprema y la Guardia Lahmiana, su mayor orgullo. Estás tropas eran la piedra angular de todos sus ejércitos, la pieza clave a la hora de destruir al enemigo, como tantas veces habían demostrado dejando campos de batalla con montañas de cadáveres que tiempo después se unían a sus crecientes legiones. Sus orgullosas armaduras de los colores de su ciudad desprendían el esplendor del que antaño tuvo su pueblo y un aroma a muerte, que transmitía miedo a sus enemigos con su sola presencia.

Cuando movió un poco sus ojos a una unidad cercana a la flor y nata de su amada ciudad, una mueca de asco, desprecio y repulsión se adhirió a las nobles facciones de la Reina de Lahmia.

En silencio, bajo la voluntad ahora de la primera de los vampiros, la Guardia del Sacramento, la guardia personal de Arkhan el Negro, se hallaba en formación esperando las órdenes de su ahora comandante. La mano derecha del Gran Nigromante le había cedido esta unidad de élite para el cometido que tenía entre manos. Para ella eso suponía un insulto inmenso. Le decía a la cara sin tapujos que sus tropas no eran suficientes para enfrentarse al enemigo que osaba pisar sus tierras. Algo intolerable en la mente de Neferata, pero que no podía impedir para su desgracia. Lo que exclusivamente podía hacer era callar y apechugar con su orgullo dañado y acabar con esto rápidamente para enseñar al maldito liche que no necesitaba ayuda de ningún lado para ganar batallas.

Con eso en mente su vista viró hacía atrás, a la retaguardia, donde se topó con lo que sería la pieza principal de su estrategia para este enfrentamiento con el ganado seguidor de Sigmar.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora