Capítulo 50

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, nuestro protagonista se marchó de Konoha y se trasladó a Nuevo Castillo Drakenhof para entrenar allí para las finales de los Exámenes Chunnin.

Por otro lado, en las aguas de Hi no Kuni, el capitán Salazar se encargaba de otra flota del País del Fuego.

P. O. V. Normal

Uzu no Kuni, Uzushiogakure no Sato, Nuevo Castillo Drakenhof

Desde la llegada del señor del clan von Carstein hace una semana, las cosas cambiaron completamente en el Nuevo Castillo Drakenhof. Los vampiros que antaño pensaron que podrían reunir una fuerza suficiente para desafiar y usurpar el poder dentro de Uzu no Kuni se encontraron con una red de espías y enemigos muy superior a lo que pensaban. El señor del clan tenía mucho más poder del que aparentemente tener. De repente, como si hubieran sido invocados de la nada, decenas, sino centenares, de vampiros surgieron de la nada, aunque eso era muy extraño, ya que portaban los símbolos de los Caballeros Sangrientos y los templarios de Drakenhof, principalmente, y otros un sigilo con el símbolo del clan Uzumaki con brillantes cabelleras rojizas deslumbrantes que obedecían las órdenes del conde y condesa con sumo placer fanático.

En poco tiempo esa facción se vio acorralada e incapaz de realizar ningún movimiento para ensanchar su poder. Su desgracia llegó cuando intentaron incrementar su número mediante el soborno de varios de esos nuevos aristócratas de la noche, llevándose la nada grata sorpresa de que sus posibles aliados los delataron y se lanzaron contra ellos como una manda de lobos que su alfa había ordenado lanzarse a la caza de sus presas.

El combate, de nuevo, entre vampiros fue una carnicería. Parecía ser que la anterior rebelión fallida y los castigos consecuentes a sus perpetradores no sirvió para acallar los deseos y ambiciones, por lo que el mismo Vlad lideró el ataque y despachó a la guardia personal del líder rebelde y decapitó a esté con un simple tajo de la hoja de Bebedora de Sangre.

No dejaron a nadie con vida, arrebatando el regalo que había dado el conde a los idiotas que osaron desafiar su poder.

Luego de ese suceso, nuestro protagonista se centró exclusivamente en planificar su futuros movimientos. La revelación al mundo de la aristocracia de la noche se acercaba con cada día que pasaba, y sabiendo gracias a Oscar von Carstein que Orochimaru pensaba lanzar un ataque a Konoha conjuntamente con las fuerzas de Sunagakure no Sato, Takigakure no Sato y Kusagakure no Sato, tenía que pensar muy bien cada desplazamiento, cada acción que iba a tomar. Konoha se iba a convertir en un campo de batalla; la primera batalla para dominar este mundo, pero al mismo tiempo sería la mejor forma de apoderarse de la aldea casi sin dificultad. La calidad de los shinobis de Konoha había descendido abruptamente con el inicio del segundo mandato de Hiruzen y, por lo tanto, eso acarrearía un número de bajas mayor en la defensa de la aldea, provocando que sus fuerzas se convirtiesen en pieza clave para que la Serpiente no consiga conquistar la primera potencia shinobi.

Naruto ya estaba imaginando a un Sarutobi humillado pidiendo que sus legiones de no muertos ayudasen a los defensores, claro está, a cambio de unas compensaciones que iban a causar la caída en desgracia del Consejo de la aldea. Una cosa que casi hizo emocionar los músculos y huesos muertos del vampiro. Una sensación que había olvidado por completo.

Para ello ordenó a todos sus lugartenientes y comandantes que comenzasen a reunir a cada maldito cadáver que se encontrasen; le daba igual si eran puros huesos casi desaparecidos, gracias a los sellos del clan Uzumaki se encargarían de dotarles de fuerza y resistencia para su misión. En el momento justo de defender Konoha de las hordas de invasores se encontrarían enfrentándose a una hueste de no muertos incapaz de ser contada, por cada muerto que hubiese en la batalla sería un número soldado para sus filas. Ya estaba riéndose de los futuros rostros de horror de los habitantes de su maldita aldea natal cuando viesen a los antiguos guerreros de Konoha, muertos ya hace décadas o unos minutos, levantarse para seguir las órdenes del que consideran un demonio.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora