Capítulo 78

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, Óscar von Carstein tomaba control de la baronía de Grisnacht tras ocupar el castillo Shibetsu, su hogar ancestral, por asalto.

P. O. V. Normal

Más allá del Continente Elemental, Reinos Mortales, Reino de Aqshy

Los distintos asaltos por parte de las tribus de guerra de los dioses del Caos contra las fortificaciones del Fuerte del Fuego habían caído en saco roto. Cada vez que intentaba apoderarse de las murallas con inmensos asaltos se estrellaban contra las disciplinadas filas de infantería sigmaritas y su magistral cadencia de fuego, que los mermaba por miles.

Durante todo este tiempo el Paladín de Sigmar estuvo preparando el contragolpe. Después de que acabase la tormenta que era la hueste que se desgastaba contra los muros que protegían Hammerhal Aqsha sería el momento de su venganza.

Fue reuniendo regimientos poco a poco, alistando víveres y provisiones para una gran campaña; acumuló una gran cantidad de piezas de artillería para un tren artillero temible y digno de los ya extintos ingenieros de las forjas de Nuln y del Colegio de Ingenieros de Altdorf; ordenó traer una cantidad de caballos que nadie supo de donde surgían tantos corceles, pero a Karl Franz poco le importaba; planeó y revisó múltiples opciones estratégicas para hacer al máximo daño posible a los siervos de los Poderes Oscuros; alistó más tropas, voluntarios o forzados, para reunir más carne de cañón a sus huestes. Podía ser que no le gustase tratar de esa manera a sus guerreros, pero para su desgracia no había otra manera más noble con la cual dirigir el inmenso ejército que estaba formando.

Mientras sus planes estaban tomando forma en su mente y se iban poniendo en marcha muy lentamente, acosados día sí y día también en las murallas, recibieron el golpe moral de la caída del Reino de Ghyran cuando sus últimos supervivientes, pensó Franz viendo el panorama general que había en los Reinos Mortales que sabía su destino, atravesaron el portal que unía Hammerhal Ghyra con su homónima en el Reino del Fuego.

Eso trastocó los preparativos ya enlistado y finalizados como los que todavía no habían nacido y seguían en la mente del último Emperador del Imperio. No obstante eso no le hizo desistir de su objetivo, sino todo lo contrario. Le hizo aunar más esfuerzos para terminarlos todo y comenzar una campaña militar que daría el inicio de una reconquista de los Reinos Mortales para las razas del Orden.

En ese lapso de tiempo conversó con la Reina Eterna y los aliados que llevaba consigo para saber que había ocurrido en el Reino de Ghyran con exactitud. Por mucho que tuviese mensajeros instituidos en una red enorme que le daban la información que necesitaba prefería conocerlo de primera mano por parte de alguien que había estado en el Reino de la Vida.

Entonces supo de la caída de los ejércitos de los Elfos, la intoxicación y enfermedad que campaban a sus anchas por todos los dominios de Alarielle y la imposibilidad de los ejércitos de Sigmar en ese Reino Mortal de haber hecho frente a las siete huestes del Padre de la Plaga.

Con toda esa información redobló las fuerzas requeridas para terminar los preparativos militares y organizó en unas pocas semanas más todo lo que necesitaba.

Entonces Karl Franz dio inició a la Cruzada de la Venganza. La campaña que expulsaría de una vez por todas a las fuerzas de los dioses Oscuros de los Reinos Mortales. No se detendrían hasta acabar con su influencia maldita y corrupta de sus hogares.

La primera batalla que libraron fue el levantamiento del sitio sobre el Fuerte de Fuego, arrasando las filas de bárbaros del Caos y demonios con sus brillantes caballeros en panoplias completas y tren artillero que pulverizó hordas enteras. Los campeones ruinosos que lideraban a sus huestes caían presos de las espadas sigmaritas o de los poderosos hechizos que los magos de batalla arrojaban sobre sus enemigos.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora