Capítulo 46

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, Karin von Carstein reunió a un ejército de bestias de la noche y no muertos y se lanzó contra la base de Danzo para rescatar a Uzumaki Kushina, la madre de Naruto; por otro lado, nuestro protagonista pasó la segunda prueba de los Exámenes Chunnin enfurecido por la retirada de Orochimaru en su duelo.

P. O. V. Normal

Hi no Kuni, Konohagakure no Sato, Campo de entrenamiento número 44, Torre central

Ya habían transcurrido el límite de tiempo para que los Equipos que comenzaron la segunda prueba de los Exámenes Chunnin llegasen a la Torre central del Bosque de la Muerte y entregasen los rollos de la tierra y del cielo pertinentes para poder pasar esa fase.

Durante ese lapso de tiempo nuestros protagonistas estuvieron tranquilos en sus domicilios, con algunas veces yendo a observar y presenciar cuantos posibles rivales, más bien hormigas, tendrían en las finales de dichos Exámenes Chunnin. En total sumaban un Equipo de Otogakure no Sato, cinco Equipos de Konohagakure no Sato, un Equipo de Sunagakure no Sato, el Equipo de Kumogakure no Sato y un Equipo de Takigakure no Sato, totalizando unos treinta y cinco shinobis. Daban las cifras suficientes para cinco combates por eliminación en las finales en caso de los que llegasen a la final, un digno espectáculo para el ganado según los pensamientos de nuestro protagonista.

También tuvieron que aguantar las demandas caídas en saco roto por parte de Uchiha Sasuke, que exigía aprender las artes que había demostrado Isabella en combate durante el Bosque de la Muerte y que le contasen quién era ese tal Orochimaru, cosa que no consiguió en ninguna de las veces porque el matrimonio de la noche no atendía a sus gritos infantiles; pero, finalmente, cuando el idiota del Uchiha decidió en un alarde de locura y arrogancia atacar a Isabella, Vlad respondió.

La paliza que recibió el hermano menor de Itachi seguía grabada a fuego lento en las retinas y las mentes de los diferentes shinobis, que vieron como el que se decía por Konoha como el mejor shinobi de su generación era derrotado con una facilidad pasmosa, como también era la brutalidad utilizada. Todos ellos sabían, al menos los inteligentes, que lo que Sasuke fuera el mejor Gennin de Konoha era una completa falacia y estupidez, teniendo a dos Uzumakis entre sus filas era imposible que eso fuera verdad.

Eso dejó claro una cosa a todo el mundo: no tenías que meterte con Isabella von Carstein, o lo pasarías realmente mal. Pero hubo personas como Omoi, del Equipo de Kumogakure no Sato, que intentó idear una estrategia para acabar con la vida de Tayuya. La madre de nuestro protagonista le había quitado la vida de su padre, por lo tanto, veía justo que se llevase la vida de la persona que amaba. Si moría después no pasaba nada, al menos le había hecho daño donde más dolía, al parecer para el descendiente de Uzumaki Kushina; no obstante, sus planes tuvieron que ser detenidos por sus compañeros de Equipo, que le recordaron que poco podría hacer contra una Uzumaki, por mucho que fuese mestizo, el nivel de diferencia entre ellos era abrumador.

Por otro lado, otra persona que quiso batirse en duelo personalmente con Vlad von Carstein era Sabaku no Gaara, el hijo menor del Yondaime Kazekage y Jinchuriki del Ichibi. La sed de sangre desmesurada que ya tenía de por sí se agrandó y agravó al presenciar como destrozó al Uchiha, dejándolo casi al borde de la muerte, solamente salvándose la vida tras la intervención de su Sensei, que se notaba mucho que estaba de lado del humillado Gennin.

Desde entonces no pasaron muchas cosas relevantes, con alguno que otro rumor sobre algún shinobi de algún Equipo, pero nada importante al fin y al cabo. Cuando llegó la mañana todos los Gennins fueron llamados por órdenes del Sandaime Hokage a una de las habitaciones de la Torre Central, un habitáculo inmenso con una estatua de gran tamaño al fondo; delante de la inmensa estatua se hallaba Hiruzen, con su túnica de Hokage, mirándolos como un abuelo amable y querido, alguien que no haría nada malo.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora