Capítulo 23

324 27 2
                                    

En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, el matrimonio de la noche llegaba a la azotea de la Academia de Konoha para saber qué diría su sensei.

Mientras tanto en el Castillo Drakenhof o Uzushiogakure no Sato las obras de reconstrucción iban siguiendo su rumbo habitual, al mismo tiempo que Karin y Ai von Carstein hablaban sobre la información que les trajo uno de los murciélagos de la Dama de las Bestias y cómo proceder ante lo descubierto por una de las criaturas de la hermana de Isabella.

Por otro lado, en Konoha ya había pasado la presentación con Kakashi y él les dijo a sus alumnos que mañana tendrían la verdadera prueba para ser Gennins, por lo que decidieron ir a Ichiraku Ramen, con Naruto pensando en obtener a Konohamaru; el nieto de Hiruzen como aliado.

P. O. V. Normal

En algún lugar de Shyish

Shyish, el Reino de la Muerte y uno de los Ocho Reinos Mortales. El lugar donde todas las almas mortales van cuando mueren en cualquier momento de su vida. Este sitio dominado por la decadencia y la muerte era el reino del Gran Nigromante y Deidad de la Muerte, Nagash.

El Señor de Shyish antaño fue un poderoso guerrero y hechicero creador de la Nigromancia, no obstante, cuando las hordas del Elegido pudieron llegar a un punto que él solo y sus legiones infinitas de no muertos no podían derrotarlo en solitario tuvo que tragarse su orgullo y aliarse con Sigmar una vez más, por mucho que a él no le agradase luchar al lado del Dios Guerrero fundador del extinto Imperio de la Humanidad.

La guerra contra las huestes de los adoradores de los Poderes Ruinosos fue caótica y sangrienta hasta un punto que los Reinos Mortales, las tierras que se formaron a partir de los Vientos de la Magia se sacudieron por las grandes batallas que se acontecieron y, cuando finalmente la alianza de todos los enemigos del Caos pudieron vencer a su cruento y poderoso enemigo, las viejas rencillas del pasado afloraron como una planta carnívora que destruyo cualquier intento por parte de los distintos Dioses de volver a cooperar como hicieron hacía milenios, antes de la llegada de los ejércitos de los Dioses del Caos.

Por ello se desato otra guerra, esta vez más pequeña que la que padecieron hacía relativamente poco tiempo y los antiguos Encarnados de los Saberes de la Magia lucharon entre sí, o más bien intentaron defenderse de las fuerzas conjuntas de las Ciudades de Sigmar que fueron arrollando con todo a su paso hasta el punto de desterrar a Nagash de los millones de cadáveres que descansaban en los diferentes Reinos, y que podía utilizar para agrandar sus legiones hasta límites insospechados.

En ese conflicto el Gran Nigromante no pudo contener las fuerzas humanas y se tuvo que retirar a su Reino, en el cuál resistió hasta que los guerreros de Sigmar recibieron la ayuda de varias Huestormentas, provocando que el odio de la Deidad de la Muerte se incrementase al ver que Sigmar estaba apoyando a esos sucios y traicioneros mortales. Por lo que, nublado por su furia salió de su fortaleza y capital en Shyish Nagashizzar para confrontar a sus enemigos, pero en un descuido fue herido y desterrado al mundo de los espíritus por cortesía del poseedor del Ghal Maraz.

Tras la caída de su señor, la mayoría de regimientos y formaciones que componían sus vastas legiones cayeron al no seguir su voluntad para forzarlos a luchar por él, dejando a sus Mortarcas, sus lugartenientes y sus legiones a solas contra su enemigo, forzando a sus generales a retirarse y desperdigarse por los dominios del Gran Nigromante para lamerse las heridas, aunque dos de ellos no vieron con malos ojos la partida de su señor.

Entre los Mortarcas se podía destacar a uno de ellos, a su más leal comandante después de otro, Arkhan el Negro, Mortarca del Sacramento. El mayor servidor de Nagash desde la caída de su amo se dispuso recomponer las huestes mermadas con las que contaban para asestar, primeramente un golpe en forma de venganza contra los humanos que actualmente residían como podían en Shyish, seguidamente acabaría con cualquier rastro de los servidores de Sigmar en el reino de su Deidad, para después reunir de nuevo a los Mortarcas y, finalmente resucitar a Nagash para realizar una gran cruzada para dominar todo el mundo y que esté este sometido bajo un manto de oscuridad y muerte absoluta: como el Gran Nigromante siempre ha querido desde un principio.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora