Capítulo 80

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En el capítulo anterior de El Resurgir de los von Carstein, en el Reino de Ghur las huestes de Arkhan el Negro se enfrentaron a las tribus de bárbaros y demonios de Khorne de Valkia la Sanguinaria.

P. O. V. Normal

Continente Elemental, frontera entre Hi no Kuni y Kusa no Kuni

Una poderosa hueste de No Muertos había salido de Nuevo Castillo Drakenhof para comenzar una nueva y gloriosa campaña para agrandar los dominios de Vlad von Carstein.

Al mando de estos regimientos de Guerreros Esqueletos y hordas de Zombis, acompañados de manadas de bestias de la noche, estaba Karin von Carstein en persona.

Después de la caída en desgracia de Sarutobi Hiruzen y el ascenso de Senju Tsunade al poder de Hokage su señor la mandó liderar este ejército para ocupar y dominar su antiguo hogar para él; a cambio le concedería el título de señora de esas tierras cuando las tuviese bajo su mando.

El recuerdo de la pérdida de poder del viejo mono le sacó una sonrisa a la Dama de las Bestias. Todo lo malo que le pasase a ese anciano que había ocasionado tanto daño a su Clan y a sus primos era bueno, pero no suficiente. Todavía le hacía sufrir mucho más.

Rápidamente dejó esos pensamientos a un lado en su cabeza para centrarse en lo que tenía delante. Las columnas de esqueletos y su constante traqueteo era un ritmo relajante que anunciaba un golpe mortal sobre los malditos habitantes del país que iba a invadir.

Karin: (No pienso dejar nadie con vida. Todos ellos van a sufrir). Pensó con gran furia la Dama de las Bestias mientras estaba subida encima de la espalda de un Varghulf. Sus manos se cerraron en forma de puños por la rabia que corría por todo su cuerpo. Los recuerdos de su vida como mortal en Kusagakure no Sato todavía quedaban muy grabados en su psique. Como utilizaron a su madre hasta matarla por sus poderes regenerativos, y como quisieron hacer lo mismo con ella hasta que tuvo el valor de escapar y reencontrarse con su hermana en los bosques de Hi no Kuni. – (La hora de mi venganza ha comenzado).

Seguidamente ordenó a la poderosa bestia avanzar, dando tumbos siguiendo los designios de su ama. Fue recorriendo los pasillos entre los regimientos de Guerreros Esqueletos hasta quedar a la vanguardia de su hueste.

Detrás de ella iban unos cincuenta vampiros sin importancia, todos con panoplias oscuras o rojizas apagadas con capas del color de la noche. A la cabeza de ellos, subido en su Pesadilla con barda pesada de color de la sangre, iba Daiki von Carstein. Sus ojos negros como un agujero negro miraban la oscuridad de la noche, con sus caninos mostrándose en toda su gloria y magnificencia. De todos los allí reunidos bajo su mando Daiki era el que más rápido se había adaptado a su nueva vida.

Sin decir una palabra la inmensa hueste de No Muertos fue atravesando la frontera, internándose en los bosques de Kusa no Kuni sin ser detectados, aunque tampoco esperaba que lo hiciesen. La frontera entre el País de la Hierba y Hi no Kuni estaba bastante desmilitarizado debido a la prospera relación que había entre las dos naciones, abriéndose rutas para el comercio que hacían florecer aldeas y ciudades pequeñas.

Aún con esa prosperidad que recibían sus dos pueblos, los mandatarios de ambos países no eran idiotas, sobre todo desde el País del Fuego con la gran inestabilidad producida por el cambio de Señor Feudal en el trono en poco tiempo. Por esa razón las guarniciones fronterizas se reforzaron, incrementándose la actividad de batallones a lo largo de toda la frontera.

Pero eso no detuvo y detendría al ejército de Karin von Carstein que, sin muchos problemas, fue despachando a todo humano que se encontrasen en su camino hacía su primer objetivo: el Castillo Minatori, pieza fundamental de la red defensiva de toda Kusa no Kuni con Hi no Kuni.

El Resurgir de los von CarsteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora