—¿Tengo que dejarlo? —dije fingiendo seriedad, cuando lo único que quería era reír.
—Pues... dudo que lo dejen pasar a una cafetería —dijo nervioso.
—Ah, ¿entonces no será en tu apartamento? —Sonreí de lado.
—Hmm... nope... —respondió después de mover los ojos de izquierda a derecha.
—Vale, lo dejaré —dije entre risas.
—Estaré listo enseguida. —Rió conmigo.
Al regresar a mi apartamento, aproveché para retocar mi brillo labial y acomodar mi negro y liso cabello, mientras Matt estaba listo.
Cuando ambos estuvimos listos, salimos del edificio y entramos al café más cercano a nuestra calle.
—¿Puedo preguntarte algo? — pregunté, mientras nos acomodábamos en una pequeña mesa.
—Depende.
—¿Depende?
—Sí, depende de qué pregunta se trate. —Soltó una risita nerviosa.
—¿Por qué no quisiste invitarme a tu apartamento?
—Hmm... ¿porque estaba hecho un desastre? —respondió evitando mi mirada.
—Vamos, eres exageradamente ordenado. Lo noté el día que estuve ahí. Esa no te la creo. Y menos con tu manera de responderme a mi pregunta con otra pregunta. —Estallé en risas.
—¿No es mejor aquí? —Encogió ambos hombros.
—Ya, tal vez, pero a mí no me hubiera molestado. —Sonreí—. ¿Es por que anduve de entrometida?, ¿o porque temes caer en mis encantos de nuevo? —Matt soltó una carcajada.
—Tal vez un poco de ambas... —sus ojos fueron hacia la derecha, una vez más, evitando los míos.
Ver a un hombre con tantas armas de seducción ponerse nervioso, era de las cosas más satisfactorias que había sentido últimamente. Y por alguna razón, el hecho de que fuera él, lo hacía aún más grato.
—Oye siento lo de ese día. Sé que ya me había disculpado, pero en verdad me apena lo que pasó. No debí de haberlo hecho —dije avergonzada.
—¿Hablas de haberte puesto a revisar mis cosas?, ¿o de haberme provocado tanto? —Matt se había animado a regresarme aquél comentario travieso con el que había abierto el tema. Esto ahora lucía más como una partida de Ping Pong. Y me había encantado.
—Carajo... —musité después de una risita—. Definitivamente de revisar tus cosas. —Matt estalló en risas. Esa tierna, masculina, y contagiosa risa—. Sé que tú si te arrepentiste, pero yo no... —mencioné, tornándome un poco seria.
—No me malinterpretes... —dijo adoptando mi gesto y negando con la cabeza—. Me gustó estar contigo... Mucho. —Una discreta sonrisa se dibujó en mi rostro—. Pero no... no es correcto que vuelva a pasar.
—Si te gustó, ¿por qué no es correcto? —pregunté colocando los codos en la mesa e inclinándome más hacia él.
—Buenos días, bienvenidos, ¿van a ordenar ya? —dijo la mesera, llegando a interrumpir en el peor momento para hacerlo.
—Ahm... yo quiero un café americano, ¿y tú Blake?
—Lo mismo, por favor —dije un tanto ansiosa por seguir la charla con Matt.
—¿Gustan algún emparedado?, ¿algún pastel tal vez? —preguntó la mesera.
—Un sándwich de pollo, por favor —respondió Matt después de mirar el menú.
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Set Me Free
FanfictionLa calma no llegó después de la tormenta más violenta. Cuando la peor pesadilla de Matt se hizo realidad, supo que su más merecida condena sería vivir para siempre dentro de ella. Ahogándose en remordimientos, y refugiándose en recuerdos. Deseando...