"Soy idiota"

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Blake:

Subí a mi auto, secando mis lágrimas y fui de regreso a mi apartamento. Fue de súper mal gusto que saliera de esa forma de la plática de Milly sin felicitarla, pero no había podido soportar la forma en la que Matt me había mirado, la forma en la que sus palabras me habían marcado cuando se levantó de esa silla. No estaba lista para hablar de esto. No lo había hablado con nadie y jamás imaginé que tendría el valor de hacer lo que hice.

Sentada en mi sofá, con los pies descalzos y con Coco dormido sobre mis piernas, miraba una de mis películas favoritas, sin disfrutarla en realidad. Estaba exhausta de que mi cabeza diera tantas vueltas sobre los mismos pensamientos acerca de Matt... y ahora esto. Después de un largo suspiro, me levanté con Coco en brazos, apagué mi pantalla y fui hasta mi habitación, decidida a descansar de todo esto.

Chas: ¿Hola?

Chas: ¿Nos podemos ver, linda? ¿Por qué no respondes mis mensajes? :(

Leí ese par de mensajes antes de meterme bajo las sábanas. Apagué el teléfono, sabiendo que ahora mismo, Chas era la persona con la que menos deseaba hablar en este momento y me metí a la cama.

Estuve a nada de ser vencida por el sueño, cuando una llamada entrarte en mi celular, me hizo incorporarme sobresaltada.

—¿Hola?
—Hola, hermosa...
—Ah, hola, Chas... ¿qué quieres?
—No contestabas mis mensajes, así que decidí llamarte. ¿Todo está bien?
—Sí, sí, intento dormir...
—¿A esta hora?
—Estoy cansada, es todo.
—Entonces te dejo para que descanses, linda.
—Gracias...
—¿Podemos vernos en la no... —Colgué.

Matt:

Después de un largo sermón de Maddi, finalmente llegó la hora de regresar a mi apartamento. Con lo ocurrido, no tenía más ánimos de rodearme de gente, pero no podía faltar a la comida que Milly había organizado para festejar su exitoso proyecto final.

—Debo irme... —le dije a Maddi.

—¿Por qué cariño? La reunión aún no acaba.

—Ya, pero no tengo ánimos, Maddi... —Ella acarició mi mejilla—.

—No me gusta verte sufrir, cariño. Necesitas arreglar tu situación con esa niña. Que por cierto es tan valiente como tú —aseguró.

—Lo sé... Ahm... no hay nada que se pueda arreglar, Maddi.

—Pero claro que sí. Todo tiene una solución, corazón. Matt, Blake está en tu presente, no permitas que eso cambie... —dijo arreglando el cuello de mi camisa—. Y ven a visitarme más seguido... Últimamente estoy muy sola. —Hizo un puchero.

—Lo haré. —Reí.

—Estoy muy orgullosa de ti, cariño... —Dio un beso en mi mejilla.

—Gracias, Maddi... ¡Amy, vámonos! —la llamé, mientras levantana a Amelia del sofá, quién se había quedado profundamente dormida.

—¡Vamos, viejo, deja que se quede un poco más! —dijo Brian.

—Como quieran... —Me volví hacia Johnny—. Cuida a mi hermana de ese idiota.

—Lo haré, hermano, no te preocupes. —Rió y chocó puños conmigo.

—¡Matt! —Jimmy me siguió hasta la salida cuando terminé de despedirme de todos.

—¿Qué?

—No te vayas, esto apenas empieza y sin ti no es igual... —Salí de casa de Milly y Zacky, con Jimmy siguiendo mis pasos.

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