Potencial

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Matt, con lágrimas en los ojos, cerró el diario y sostuvo su frente con su mano derecha.

-Matt... -dije al borde del llanto.

-Ella vivió el resto de su vida creyendo que las acciones de esa mujer eran su culpa... Y después de eso tuvo qué lidiar conmigo... -Sollozó-. Ella no era la mala, Blake... ella hizo lo que pudo y se guardó eso sólo para no causarme ningún dolor... Sufrió más de lo que imaginé... ella no era la mala, no era su culpa ¿por qué no pude decírselo? -Dios, ver a Matt así, habría lastimado hasta a la mujer sin corazón que era su madre.

-Matt, de haberlo sabido, habrías odiado a tu madre desde pequeño...

-Hubiera preferido eso... ella no merecía nada de mí, Blake, mi verdadera madre fue y siempre va a ser mi abuela... Y lo peor de todo es que yo también la dañé...

-No digas eso...

-Es la verdad... ella también tuvo que cargar con todo lo que yo le hice pasar. Jamás merecí su amor, tal vez yo debí de haber sido el que tomara el lugar de Amy... -Negué con la cabeza y le di un fuerte abrazo.

-Ni tú ni Amy merecían nada de lo que vivieron con su madre -susurré.

-Sí, pero tampoco mi abuela merecía lidiar con ella y mucho menos conmigo...

-¿Alguna vez le pediste perdón? -pregunté sin dejar de abrazarlo.

-Sí... pero... no fue suficiente...

-Oye... -Me separé un momento de él, para poder mirar sus irritados ojos-. Estoy segura de que ella te amaba, claro que esa disculpa fue suficiente, no tienes por qué pensar que no lo fue. Tu madre no lo hizo, pero tú sí -dije sosteniendo su humedecido rostro entre mis manos-. ¿Vale...?

Matt puso ambos brazos a mi alrededor, iniciando esta vez el cálido abrazo. Abrazo que se extendió tal vez por un par de minutos.

¿Te puedes sentir lleno emocionalmente tan sólo sintiendo el cuerpo de una persona contra el tuyo? Jamás me había hecho esa pregunta hasta que los abrazos de Matt habían llegado a mi vida. Estar entre sus brazos era estar completa. Era otra forma de sentirse viva.

-Tranquilo... -musité cuando él se separó de mí. El abrazo había concluido, pero sus brazos seguían a mi alrededor.

-Perdona... -dijo avergonzado.

-No, no, no tengo nada qué perdonarte. Estoy para apoyarte... -La mirada de Matt se posó en mi boca.

-Ahm... -Nerviosa, saqué un pañuelo del bolsillo de mi pantalón y comencé a limpiar sus lágrimas-. No me gusta verte llorar... -solté una risita.

Matt no respondió. Tomó mi muñeca con delicadeza y bajó la mano que aún sostenía el pañuelo, lentamente.

Su rostro se estaba acercando demasiado al mío. Pensé en retroceder, tal y como el día de hoy lo había hecho con Tann, pero mi cuerpo no estaba respondiendo. Fue demasiado tarde para eso cuando sus labios ya estaban encima de los míos.

No había alcanzado a limpiar correctamente sus mejillas, por lo que el beso había adquirido un salado sabor. Los besos de Matt eran únicos y ahora, lo eran aún más.

Él, con los brazos enroscados en mi cintura, mis manos sobre su pecho y ese suave y lento beso... Esta sería una escena digna de novela romántica, sino fuera por el lugar.

Me separé un pequeño instante, con ninguna intención de acabar con aquél momento, sino de intensificarlo más. Cosa que Matt había captado. Se inclinó más hacia mí y volvió a unir sus labios con los míos, haciendo que esta vez, su lengua formara parte del juego.

Set Me FreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora