"Tú y yo somos uno"

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Quedándome sólo parado en el jardín, aprecié el último atardercer que mis ojos verían. Y sabiendo que me iría en paz después de todo.

—Matt... —Helmut me llamó— Tu amada Blake ya fue regresada sana y salva a su hogar.

—Demuéstralo...

—Supe que lo dirías... —Sacó su teléfono celular y me mostró un video, donde entraban al apartamento de Blake, para dejarla sobre el sofá y luego irse—. ¿Satisfecho?

—Sí...

—Te dije, yo soy un hombre de palabra. Ahora tú debes cumplir tu parte. ¿Godric te dijo cuánto nos debes por dejar en libertad a tu amada?

—Sí, el doble, un millón. Le di la contraseña de la caja fuerte que hay en mi apartamento.

—Bien... Supongo que después de todo no eras tan mediocre. Insisto en que tienes talento, hijo.

—No me llames así... —dije con rabia.

—Eso eres... mi hijo. Y me apena tanto que las cosas no salieran como yo planeaba. Tenía tantas cosas para ti.

—No quiero nada de ti. Algún día te veré en el infierno... padre... —pronuncié aquella palabra con repulsión.

—Sólo te pido que reconsideres tus decisiones, hijo.

—A ti no te intereso como tu hijo, sino como uno más de esos bastardos que hacen todo lo que les pides. Siempre supe que tú y mamá jamás tuvieron corazón.

—¿Y tú sí? —Se burló.

—Estoy arrepentido de todas las cosas que hice y el daño que causé. Pero tú... tú pareces estar orgulloso de ello. Jamás creí encontrar a alguien más basura que yo —dije con desprecio.

—Yo soy todo lo que nunca pudiste ser, Matthew. Y lo peor es que creí que eras más inteligente... —Rió e hizo una señal a sus dos hombres, quienes estaban parados en la puerta de entrada del jardín. Ellos comenzaron a aproximarse hasta mí, cargando sus armas.

Sabiendo que el momento estaba cerca, me giré para ver unos segundos más el atardecer.

Los tonos anaranjados y violetas, hacían más grande la paz que sentía en el pecho. Al sentirlos lo suficientemente cerca, sólo cerré mis ojos y esperé el final.

Los disparos me hicieron apretar los párpados, esperando sentir el dolor, pero no había sentido absolutamente nada. Tal vez ya había terminado, hasta que escuché dos cuerpos, caer detrás de mí. Abrí los ojos y vi a los dos hombres, muertos casi a mis pies.

—¡Alerta! ¡Francotiradores en los techos! —gritó uno de los hombres alrededor.

El sonido de los disparos me hizo reaccionar. Ya que supe de quiénes se trataban. Tomé una de las armas de los sujetos que estuvieron a punto de matarme y disparé a Godric en las dos piernas, antes de que pudiera escapar.

—¡Agh, hijo de puta!

Con mi mirada busqué a Helmut, hallándolo así, en una de las azoteas, caminando y haciendo señas con los brazos a un helicóptero que estaba por despegar.

—Desgraciado... —Abriéndome paso entre las balas y el caos, subí hasta esa azotea.

Al llegar, vi como subía rápidamente al helicóptero, que enseguida había comenzado a despegar. Corrí lo más rápido que pude, di un gran salto y lo tomé fuertemente por la pierna.

—¡Suéltame! —gritó aterrado.

—¡De aquí no te escapas, bastardo!

Zacky:

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