Set Me Free

No puedo evitarlo, te quiero a ti

—¡No hagas eso!

—¡Pues ya lo hice! —dije imitando su tono—. ¡Estás insoportable!

—¿Ah, sí?

—¡Sí! ¡No soporto que seas así! ¡No soporto lo que haces, cómo actuas! ¡Y no soporto no poder sacarme de la cabeza lo que ocurrió en el aeropuerto! —Di un par de golpes con las palmas de mis manos en el volante.

—¡Y yo tampoco te soporto a ti! ¡No soporto que seas tan ilusa! ¡Y no soporto que no quieras admitir que ese tipo no te conviene! —gritó—. ¡Y no deberías de estar pensando en mí todo el tiempo cuando se supone que estás con ese imbécil!

—¡Yo no soporto que tú no quieras admitir que estás celoso! ¡Lo estuviste desde la primera vez y lo supe! —Mi auto había quedado aparcado en una solitaria calle, afortunadamente, ya que de otra forma, todo mundo estaría escuchando esto—. ¡Y yo pienso en quién se me dé mi gana!

—¿¡Por eso sales con él!?

—¡No! ¡Tanner me gusta muchísimo!

—¿En serio? —dudó, disminuyendo de manera espontánea su tono.

—¡Sí!

—¿Entonces ya sólo piensas en él cada vez que te tocas? —Mi rostro ardió.

—¿¡Cómo te atreves!?

—Responde mi pregunta... —Mis nervios aumentaron, al ver que él apartaba el cinturón de seguridad de su cuerpo.

—¡Eso a ti no te importa! —Matt me encaró, intimidándome, y haciendo que mi piel ardiera.

—Dime... —Insistió.

—¡No!

—¡Sí!

—¡Ni siquiera pienso en él! ¡Sigo pensando en ti y por eso te detesto, Matt! ¡Sal de mi maldita cabeza! —admití.

Apenas terminé de desahogarme, cuando Matt me tomó por la nuca y me besó apasionadamente.

Retiré mi cinturón de seguridad con rapidez y subí a su regazo. Él aferró sus manos a mi cintura e introdujo su lengua en mi boca.

—Sí lo estoy... —susurró separándose un momento de mis labios—. Estoy enfermo de celos y no podía esperar más a hacerte todo lo que ese idiota quiere hacerte... —Seguí besándolo después de lo dicho, metiendo mis dedos entre su cabello.

Matt posó sus manos en mi trasero, por debajo de mi vestido, incitándome a quitármelo. Definitivamente un excelente momento para usar vestido.

Cuando arrojé el vestido hacia el asiento de atrás, él se deshizo de mi sostén en un segundo, tomó mis pechos con ambas manos y los llevó a su boca.

—Aahh... —comencé a gemir, sintiendo como Matt daba placer en esta zona y experimentando lo bien que se sentía moverse encima del bulto en su entrepierna.

Él bajó su bragueta y liberó su miembro, haciendo que lo deseara aún más, dentro de mí.

Me deshice de su camiseta y acaricié pasando por su pecho, hasta llegar a sus fuertes y tatuados brazos, que desde un inicio ya me habían provocado. Mientras él jugueteaba en mi intimidad, dando suaves masajes, por encima de mis bragas. Mismas que no tardó en apartar, para penetrarme.

—¡Dios! —grité al sentirlo entrar lentamente.

—Aahhh. —Matt liberó un sensual gemido que me hizo comenzar a moverme. Estaba tan mojada, que pensé que tal vez debí traer una muda de ropa interior.