*Flashback*
Sentado en la misma esquina de mi cama, me había percatado de que mis acciones iban de una a otra como en un juego de ping pong. Armaba el cubo rubik que la doctora me había obsequiado, una vez, para después volver a mirar a la nada por horas.
—Buenos días, Matthew. —La enfermera que veía todos los malditos días entró a mi habitación—. Veo que has vuelto a armar tu cubo de rubik... —dijo mientras sacaba un pequeño vaso de carton de su carrito y lo llenaba con diferentes medicamentos—. Eres muy bueno, yo jamás logré armarlo. —Rió. Vaya conversación más fingida. Apuesto a que sólo está deseando a que llegue su hora de salida para seguir fomentando su estúpida y sedentaria vida—. Tu medicamento, Matt... —Me entregó el pequeño vasito de cartón con las pastillas y un vaso de plástico color verde lleno de agua. Yo miré ambos, siendo sostenidos por mis manos, para posteriormente arrojarlos, haciendo que aquellos objetos se estrellaran violentamente en la pared.
La mujer me miró con total desaprobación y limpió el desastre en el piso.
—Jovencito, aquí hay reglas que debes seguir y si no quieres tomar tus medicamentos por la buena, de igual forma lo harás por la mala...
—Betsy... —La doctora Gorski intervino—. No... —Negó con la cabeza.
—El chico arrojó su medicamento al suelo, doctora.
—Lo sé, pero debemos darle tiempo. Esto es difícil para él... —dijo mientras yo, resoplaba enfurecido, sintiéndome impotente.
—Doctora, trato de ser buena con él, pero es grosero con absolutamente todo el personal que lo atiende.
—Es todo por ahora, Betsy... —dijo la doctora dando por terminada la discusión.
—Sí doctora. —La enfermera salió de mi habitación.
—Matt, si sigues con esa actitud no podremos permitirte salir de esta habitación en ningún momento. —¿Acaso alguien le mencionó que me interesaba?—. Ya sé... ¿y a ti qué te interesa, no?... Necesitas distraer tu mente y estar encerrado solo no ayuda. Pero no puedo arriesgar a absolutamente nadie allá afuera, Matt. Debes mejorar tu comportamiento ya. —Agaché la cabeza, decidido a ignorar lo que fuera que diría—. Oye, Matt, sé que te sientes mal, siento todo lo que te sucedió, pero estamos aquí para ayudarte, y no nos vamos a rendir. —Permanecí con la misma postura—. Bien... —Dio media vuelta y caminó hacia la salida—. Ah, por cierto... —Se volvió hacia mí—. Zacky dejó esto para ti... —Levanté la mirada y observé como la doctora, sacaba de una bolsa de plástico la Hello Kitty de peluche que solía ser de Courtney. Enseguida mis cansados ojos se abrieron más de lo normal y mi espalda se enderezó—. Pero no mereces que te lo dé, así que nos vemos mañana, Matt.
—Perra... —Ni siquiera supe de dónde saqué las fuerzas para decir aquello.
—¡Vaya! Sabes, no te lo había dicho pero tienes una linda voz. Claro que el hecho de tener linda voz no te hace ser educado —dijo sonriente.
—Dámela... —ordené enfadado.
—Sigues siendo grosero, Matt, de esa forma no vas a conseguir nada de mí... —La doctora salió de la habitación y comenzó a cerrar la puerta, mientras yo luchaba contra mi rabia.
—Por favor... —dije en un tono más pasivo. La doctora regresó—. P-por favor... dámela... —supliqué.
Ella regresó, caminó hasta mí y se plantó enfrente de mí.
—Te la daré, sólo si prometes tomar tus medicamentos y dejar de arrojarle cosas a nuestros enfermeros... ¿De acuerdo? —Asentí con la cabeza, sin dejar de mirar al peluche, de manera ansiosa—. Bien... —Me entregó a la gata. Mis manos reaccionaron tan rápido que pude notar que ella se sobresaltó.
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Set Me Free
FanfictionLa calma no llegó después de la tormenta más violenta. Cuando la peor pesadilla de Matt se hizo realidad, supo que su más merecida condena sería vivir para siempre dentro de ella. Ahogándose en remordimientos, y refugiándose en recuerdos. Deseando...