Malestar

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Guardé mi celular y con el peso del desánimo, caminé a la cocina a prepararme un sándwich. Cada uno de mis movimientos parecían en cámara lenta. Sentía que el cuerpo me pesaba. ¿Por qué me sentía así sólo por lo que Leah me había contado? Blake y yo llevábamos más tiempo de conocernos. Más tiempo siendo amigos... Aunque ese chico no había sido un patán con ella desde un principio. Debía admitirlo, llevaba ventaja, por ese simple hecho.

Con el dorso de mi mano sosteniendo mi barbilla, cenaba en total silencio, girando una y otra vez en el mismo tema. Girando, igual que el cuchillo que había utilizado para la mayonesa, con ayuda de mi dedo índice y pulgar, siempre hacia la misma dirección.

—¿Qué estás esperando? —Casi salté hasta el techo.

—¿Qué?... No puedo hablar, ya no vivo solo, Courtney, por el amor de Dios —Murmuré.

—Ellas no me escuchan a mí, así que sólo tendrás que escuchar —dijo sentada al otro lado de la barra—. Quieres hablar con Blake, hazlo y ya.

—No quiero molestar... —susurré.

—¿Molestar? ¿Eres tonto o te haces? Ella adora charlar contigo. —Posó sus blancas y delicadas manos sobre la barra. Haciendo que no pudiera contenerme—. Sabes que no puedes hacerlo —dijo cuando intenté alcanzar una de sus manos. Resoplé frustrado al borde del llanto—. Oye, no estoy aquí para hacerte sentir mal.

—No puedo evitar sentirme mal cuando mis ojos te miran, pero mis manos no pueden tocarte...

—Ese no es el tema. Estás celoso y por eso no quieres hablarle a Blake, ¿no es así? —Rodé los ojos.

—Blake es mi amiga. Yo sólo era celoso contigo... —Limpié una lágrima que estaba a punto de emerger de mi ojo derecho.

—Conmigo... con Camila, y ahora con Blake. Eres celoso con toda chica que te interesa, Matt —dijo con esa tierna sonrisa, que ni en un millón de años olvidaría.

—Blake no me interesa... No así... —susurré.

—Y por eso te acostaste con ella dos veces, ¿no?

—Oye, es incómodo que hablemos de eso, cuando, si de sexo hablamos, sólo puedo pensar en ti.

—¿En mí? —Soltó una risita—. Matt, creo que hasta tú mismo sabes en el fondo, que Blake ha sido la única mujer con la que has estado sin pensar ni un segundo en mí. —Llevé ambas manos a cubrir mi rostro.

—Vete...

—¿Ahora quieres que me vaya? —preguntó indignada.

—Sí, si vamos a seguir hablando de esto... —Bajé ambas manos, sin abrir los ojos.

—Vale, ya me voy... —No podía sentirla físicamente, pero sabía que estaba cerca. Muy cerca—. Sólo envía ese mensaje... —Susurró sobre mi oído, haciendo que apretara más los ojos. Después de varios segundos, abrí los mismos y ella se había ido.

Suspiré profundamente, reprimiendo el llanto. Ni siquiera yo lograba comprender cómo no perdía la cabeza cada que esto sucedía. Tal vez porque eso ya había sucedido desde hacía mucho.

Harto de la situación, tomé mi celular y envíe un mensaje a Blake.

Matt: Hola, Blake :)

Matt: Espero no despertarte.

Apagué la pantalla casi al instante y di un enorme mordisco a mi sándwich de pechuga de pavo, sin dejar de dar golpecitos con mis dedos sobre la barra. El tono no se hizo esperar.

Blake: Hola, Matt. Descuida, estaba preparándome algo para cenar. 😃

Matt: Oh, yo también estoy cenando. Sólo quería saber cómo había ido tu vuelo.

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