Desacuerdo = Celos

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—¡Vaya! —Pegué un salto al escuchar esa voz detrás de mí—. Esto sí que es interesante...

—Leah, yo... Déjame explicarte...

—Oye, Blake, tranquila -dijo mientras caminaba hacia mí.

—¿No estás enfadada conmigo?

—Pues claro que no. Debo admitir que me lo sospechaba. ¿Follaron? —preguntó con una sonrisa.

—Ahm... sí.

—Me imagino que debió ser increíble. Pero no te hagas ilusiones. Matt tiende a ser de una sola noche. —Se encogió de hombros.

—Ya, pero con esta ya han sido dos... —La sonrisa de Leah se fue por unos instantes.

—¿En serio? —Rió nerviosa.

—Sí...

—¡Vaya, pues tienes suerte, Blake! Ya me contarás cómo te sigue yendo con él.

—¿Estás segura que estás bien, Leah?

—Claro que sí, yo estoy bien, con Matt sólo fue sexo. Ustedes dos se llevan muy bien.

—Sí, pero creí que te gustaba.

—Oh, sí, pero no hay problema. Ya me contarás más a detalle lo que pasó. Buenas noches, Blake. —Dio un beso en mi mejilla y regresó a su habitación.

Ahora no sabía si me sentía más confundida por lo sucedido con Matt o con Leah. Lo había tomado muy bien, pero algo me hacía seguir sintiéndome culpable.

¿Acaso Matt se había vuelto a arrepentir por lo ocurrido? Tal vez pensar en la muerte de esa chica a la que tanto amó al estar conmigo, le hacía sentirse culpable. O tal vez, sólo encontraba parecido entre ambas y por eso siempre se arrepentía.

No podía saber cuál era el motivo. No quería presionarlo a hablar de eso. Ni siquiera a preguntar el por qué de la muerte de esa chica. La expresión de Matt al hablar de eso, había sido muy clara. Aún le dolía recordar eso, como desde el primer día.

~

Al día siguiente me di una ducha, y me preparé para el vuelo de regreso.

Cada que se me ocurría enviarle un mensaje a Matt recordaba que su estúpido celular había caído por nuestro edificio. Sin ninguna otra opción, y agarrando valor, salí de mi habitación y fui a la de Matt.

—Buenos días, Blake —saludó Roxana.

—Oh, hola, Rox. ¿Ya lista? —pregunté, intentando evadir el que Matt no había salido para nada.

—Sí, sí... ¿Buscas a Matt?

—Ahm... sí, bueno, yo...

—Mohammed y yo nos lo encontramos en la mañana. Dijo que iría a comprar un nuevo celular, porque el que tenía se había hecho mierda. Y no... por supuesto que no nos contó cómo fue que ocurrió eso.

—¿Y no ha regresado?

—Dijo que nos vería en el aeropuerto.

—Ya, está bien. Gracias, Rox.

—Por nada. —Caminanos juntas por el pasillo—. Tienes qué contarme lo que te dijo Leah anoche.

—¿Eh?, ¿cómo supiste?

—Me envío un mensaje después de que habló contigo.

—¿Estaba molesta? —pregunté apenada.

—No, en realidad me sorprendió que se lo tomara tan bien. Dijo que le daba igual.

—Bueno, eso me hace sentir mejor —dije más relajada—. ¿Tú y Mohammed, qué, eh?

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