"El pasado, en el pasado está"

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Vera:

—Lo digo en serio, Abbie, yo iré a conseguir más Champán. No puedes dejar solos a los invitados.

—Ya, pero es tarde. Y todo mundo está en sus casas festejando. Será difícil que encuentres una tienda abierta, cariño... —dijo angustiada.

—Difícil, pero no imposible. Regresaré pronto, ¿de acuerdo? Me llevaré el auto. —Tomé las llaves.

—Vale, pero ten cuidado, cielo.

—Lo haré... —Besé su mejilla y salí de la casa.

Después de buscar por varias calles, finalmente encontré una vinatería abierta. La zona estaba bien iluminada y ya conocía esos rumbos, por lo que sin dudarlo, bajé del auto, compré una botella de champán y coloqué la misma en el maletero.

Antes de poder regresar al auto, hubo algo que me decía que debía mirar a través de aquella puerta de cristal del bar justo al lado de la vinatería.

Dado a que había aprendido a nunca ignorar mi intuición, miré con minuciosidad hacia adelantro del lugar. Pero no podía ver nada en realidad.

Invadida por la curiosidad, caminé hasta el bar, empujé la puerta y miré alrededor. Era un local amplio, pero muy descuidado. Había tal vez alrededor de unas cuatro personas en él, una mesa de billar y una vieja sinfonola.

Sacudí mi cabeza dando por hecho que no había nada ahí que me interesara, pero esa idea fue descartada completamente cuando mis ojos se posaron sobre el chico con la cara contra la barra, rodeado de vasos vacíos de tequila.

Con mi mano sosteniendo la puerta y con un pie detrás del otro, aparté mi mirada de ese familiar hombre, sólo para encontrarme con su Tesla negro, aparcado afuera. Oh, no...

—¿Matt? —Me acerqué y toqué su hombro.

—Déjame... —Él apartó su brazo, sin incorporarse. Dejándome claro que por supuesto que se trataba de él.

—Matt, soy yo... Soy Vera... —Tiré de su espalda, ayudando a que se levantara.

—¿Vera? No pienso hablarte de Blake si es lo que esperas... —Puso su frente sobre sus brazos cruzados, sobre la barra.

—Matt, estás muy ebrio... ¿Qué estás haciendo aquí?

—Ebrio, ebrio... si yo no tomo, Vera... —dijo cambiando a un despreocupado tono, haciendo un ademán con la mano derecha—. Es fin de año y quiero tomar un trago, es todo... Señor, deme otro... —le dijo eso último al encargado del bar.

—No, no vas a tomar más, ¿entendido?... Deme la cuenta, por favor... —le pedí al hombre.

—Bueno, entonces hay que jugar billar... —Se levantó de la silla tambaleándose.

—Matt, basta... te voy a llevar a casa, ¿entendido? —dije sosteniendo su mano, como un niño pequeño que sabía, en cualquier oportunidad escaparía.

Después de pagar la cuenta de todo lo que Matt había consumido, puse su brazo alrededor de mi cuello y lo llevé hasta mi auto.

—Oh, joder, tu auto...

—Déjame, Vera, yo puedo regresar solo... —Abrió la puerta, misma que yo cerré al instante.

—¿Estás loco? No vas a conducir en ese estado.

—Como si en verdad te importara... —dijo molesto.

Tomé mi celular de mi bolso y llamé a Zacky.

—¡Hey, Vera, feliz año nuevo! —dijo al responder.
—Feliz año nuevo también para ti, Zacky... Lamento interrumpir, pero necesito tu ayuda.
—¿Qué ocurre?
—Es Matt... Lo encontré ebrio en un bar...
—¿¡Qué!?
—Zacky, no me preguntes qué fue lo que pasó porque yo tampoco lo sé. Matt está muy borracho y va de triste a despreocupado y de eso a molesto. Es imposible que pueda sacarle algo ahora. Quiero llevarlo a casa, pero necesito que vengas por su auto.
—Hay una copia de su llave en su apartamento, iré por ella y pasaré a recoger el auto. Sólo envía la ubicación.
—Bien, mientras yo lo llevaré a su apartamento... aunque no sé si sea buena idea, considerando que a Amy no le gustará verlo así.
—Joder, es verdad...
—Déjalo. Ven por el auto, yo me encargo...
—Vera, no, yo iré por él...
—Descuida, lo llevaré a mi casa. Lo acomodaré en una de las habitaciones de huéspedes. Mañana ya podrás venir por él.
—Debes tener a tu familia ahí celebrando. No vas a llevar a Matt ahí, Vera...
—Ya, pero no me importa. Matt es importante para mí, no tengo ningún problema...
—¿Qué tan borracho está?
—Ahm... —Me volví hacia Matt—. Está tarareando canciones de Lady Gaga.
—Coño...
—Zacky, dejámelo a mí, no te preocupes... Y no le digas a Amy...
—De acuerdo. Gracias, Vera...
—No hay de qué... No tardes. Ese auto llama demasiado la atención.
—No lo haré, voy para allá.
—Vale... —Colgué.

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