Set Me Free

Fastidio

Matt:

Entré al jacuzzi, sin dejar de revisar mi celular.

Milly: Tenemos qué hablar.

Matt: 😳 ???

Milly: ¿Cómo está eso de que andas con Blake? 😏

Matt: ¿Qué?

Milly: Zacky me contó lo que pasó.

Matt: Ese gordo me las va a pagar.

Milly: Deja a mi gordo.

Matt: Sólo falta que se lo haya contado a Maddi.

Milly: Claro que no.

Matt: Menos mal.

Milly: Ella escuchó mientras hablábamos 😬

Matt: Puta mierda.

Milly: Bah, ni sé para qué te preocupas, si Maddi ya sabe que eres así 😂

Matt: Me iré preparando psicológicamente para el sermón.

Milly: Entonces...

Matt: Entonces...???

Milly: ¿Tú y Blake ya andan?

Matt: Ahm, nope

Milly: Pero admites que te gusta, no es así???

Matt: ¿Me gusta?

Matt: ME ENCANTA, JODER

Milly: AAAHHHH ♥

Milly: Dime cuáles son tus ideas para pedirle que sea tu novia, yo te ayudaré...

Sacudí la cabeza y parpadeé numerosas veces.

Matt: Debo irme, tengo qué trabajar.

Milly: No estás trabajando ahora, te conozco.

Una llamada de la doctora Gorski entró, interrumpiendo la charla con Milly.

—Hola, Vera —respondí.
—¡Hola, Matt, un gusto como siempre saludarte! ¿Cómo estás?
—Muy bien... —dije con la lengua hasta el suelo, al no poder ser capaz de dejar de mirar a Blake, mientras se colocaba un bañador color negro.
—¡Por primera vez te escucho más seguro con respecto a esa respuesta! Llamaba para preguntarte si podía verte mañana.
—Imposible... ahm, no estoy en Nueva York.
—¿Trabajo?
—¡Sí, así es! —Sonreí como imbécil, cuando ella se aproximó.
—¿Dónde estás?
—Grecia. Para ser más exactos, en la isla Santorini. —Miré cada uno de los movimientos de Blake, mientras se metía al jacuzzi.
—Dicen que es muy hermoso por allá.
—Vaya que lo es... —Blake rió divertida y agitó su melena, luciendo su existir, más de lo que ya lo hacía comúnmente, sin siquiera esforzarse.
—Como sea, Matt, necesito que cuando acabe tu viaje vengas a terapia conmigo.
—Sí, sí, claro...
—¿Claro? Tú siempre pones un pero, ¿qué está ocurriendo contigo? —Rió.
—Nada, Vera, nada...
—¿Estás sonriendo?
—Nope.
—¡Claro que sí!
—Bueno, tal vez... Es que me contaron un chiste muy bueno hace rato. —Blake no pudo evitar estallar en risas. Risas que me contagiaron de inmediato.
—¿Estás... con Blake?
—Ahm... sí... —dije entre risas.
—¡Oh, vaya!
—Pero, es que bueno... está aquí porque... porque... —Miré cómo Blake, aún con la mitad de su cuerpo fuera del agua, fruncía el entrecejo y ponía ambas manos sobre su cintura. Había adoptado una posición que me dejaba claro que se encontraba intrigada de saber con quién hablaba. Pero de no haber sido porque estaba en plena llamada, ya habría soltado el teléfono a la mierda, para poder hacerla mía otra vez—. Porque ella trabaja conmigo y obvio tiene que estar aquí...
—Qué inteligente... —Por el tono de voz de Vera, supe que no había creído nada de lo dicho. Maldición, debía prepararme para la oleada de preguntas cuando regresara a terapia con ella—. Será mejor que te deje, creo que interrumpo. —Rió.
—¿Eh? No, no, no interrumpes... —Blake rodó los ojos, abrió los labios levemente y tiró con ambos pulgares de los tirantes de su bikini, dejando aún más descubiertos sus pechos, aunque no por completo. ¿El agua empezaba a calentarse o era yo?—. Espera, no, sí lo estoy... —Ella sonrió sabiendo que había logrado su objetivo.
—Te dejo ya...
—Sí, sí, adiós, Vera... —Colgué y dejé mi teléfono afuera.