El mejor cumplido

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Al salir del consultorio, caminé hacia el estacionamiento público más cercano, donde había dejado mi auto. Al estar a escasos metros de llegar, mis pasos retrocedieron al percatarme de que había pasado de largo enfrente de una pastelería.

Después de algunos segundos observando por el cristal, suspiré profundamente y entré al lugar. Escogí el pastel más chocolatoso que encontré, pensando en Milly y fui directo a la casa de la madre de Zacky.

Cuando llegué, saqué el pastel de la cajuela, y presioné el botón del timbre de la entrada. Mientras esperaba, como era de costumbre, admiraba lo preciosa y bien cuidada que siempre estaba la casa. Por lo visto, Maddi no se cansaba de remodelarla año con año.

—¡Matt! —Milly me abrazó emocionada—. ¡Pero vaya milagro!

—Mi futura y hermosa cuñada, traje esto pensando en ti —dije entregándole la caja con el pastel.

—¡Pastel, sí! —dijo como niña pequeña tomando la caja. —Pasa... Maddi está en la cocina y Zacky está en...

—¿Hermano? —escuché la voz de Zacky preguntando por mí, desde el piso de arriba.

—Oh, ya viene... —dijo Milly con una risita mientras yo cerraba la puerta detrás de mí.

—¡Hermano! —exclamó Zacky con una sonrisa de oreja a oreja, al tiempo que bajaba por las escaleras a toda prisa.

—Viejo, vivir con Maddi ya se empieza a reflejar en tu peso. —Me burlé.

—¡Idiota! —Me dio un fuerte abrazo, acompañado de amistosas palmadas en la espalda—. Empezaba a creer que te habías olvidado de nosotros.

—No puedo olvidarme jamás de mi hermano.

—¿Y qué hay de mí? —cuestionó Maddi, con un rostro de indignación y los brazos cruzados.

—Y mucho menos de la belleza de mujer que lo trajo al mundo. —Dejé un beso en su mejilla, haciendo que sonriera.

—¿Hijo, dónde te habías metido? — preguntó Maddi con una voz más pasiva.

—En el trabajo, Maddi, ya sabes... Ehm... traje un pastel, ¿quieren que comamos un poco? —Sí, definitivamente cambiar de tema sería lo mejor.

—¡Sí! —respondió Milly.

—No sé si con un pastel puedas compensarme los días en los que no me has visitado, pero aceptaré sólo porque tengo hambre —añadió Maddi.

—Claro, es buena idea. Pondré el agua. ¿Quieres café, hermano? —preguntó Zacky.

—Seguro —respondí.

~

Después de una larga plática acerca de la esperada boda de Zacky y Milly, anécdotas de cada uno de ellos y breves cosas sobre mi aburrida vida, deseé irme de ahí, antes de que Maddi sacara al tema más cosas sobre mí. Ya había tenido suficiente con mi terapia de hoy.

—Ahm... chicos, fue un placer, pero debo irme ya.

—¡Gracias por el pastel, Matt, está delicioso! —dijo Milly, cortando otra rebanada.

—¿No ya te habías comido dos? —le preguntó Zacky.

—¡No seas grosero! —dijo Milly con un exagerado puchero.

—Ya, ya, no lo soy, cariño, ¿pero no crees que estos últimos días has estado comiendo demasiados postres? —cuestionó Zacky, mientras yo sólo reía por lo bajo.

—Es que está muy rico —dijo Milly con la boca llena.

—Como sea, yo me despido... —dije entre risas.

Set Me FreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora