Citas

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—Eso, ahora debes ir a la cama —dijo Amy.

—Sí, estás súper pálido —añadió Blake.

—Blake, ¿nos ayudarías a llevar a Matt a su habitación? —dijo Milly. No había puesto atención en su rostro, pero el tono de su voz me lo había dicho todo.

—Seguro —respondió Blake.

—No, Blake, estoy bien, gracias...

—Estás mareado, no quiero que te rompas el cuello en las escaleras —dijo Amy, apoyando la idea.

—Tiene razón, deja de decir que estás bien y ven... —Blake puso mi brazo derecho alrededor de su cuello.

—Yo te ayudaré... —dijo Milly, haciendo lo mismo con mi otro brazo. Aquella acción, que aproveché para mirar a Milly con desaprobación.

—¿Qué? —murmuró, encogiéndose de hombros.

Cuando llegamos a mi habitación, ambas me ayudaron a quedar recostado sobre la cama.

—Gracias... —dije incapaz de poder abrir los ojos gracias a la luz que entraba por los ventanales.

—Cerraré las persianas —dijo Milly.

—Matt en serio te veo muy mal... —dijo Blake, sentándose en la orilla de la cama y pasando su mano por mi cabeza. Gesto con el que ni siquiera la migraña fue impedimento para que sonriera—. ¿Qué ocurrió? —Con los ojos casi cerrados por completo y aquella sonrisa en mi rostro, sólo negué con la cabeza y sostuve su mano entre la mía.

—Está bien...

—¿Milly, y Amelia? —preguntó Amy.

—Oh, está en la habitación de huéspedes. La pequeñita se quedó dormida —respondió Milly.

—Te agradezco que la hayas cuidado —agradeció Amy.

—No agradezcas, para eso estoy, además me encantan los niños —Rodé los ojos.

—¿Podrían hablar un poco más bajo? —pregunté entre dientes.

—Ya, ya, lo sentimos, no te molestamos —dijo Milly—. Vamos, Blake... —La llamó desde el marco de la puerta.

—Voy... —respondió Blake.

—No, no... —Me negué a soltar la mano de Blake—. Quédate...

—Creí que no querías que nadie te molestara, Matt —exclamó Milly, sarcástica.

—Calla... —Había sido idea de Milly traer a Blake hasta acá, sabiendo que esto pasaría. Carajo, Milly.

—Vale, ya me voy... —Milly salió y cerró la puerta de mi habitación.

—¿Yo no te molesto? —Blake sonrió de lado.

—Claro que no. Tampoco ellas... pero me gustaría que te quedaras.

—Ok... —Su sonrisa se transformó de sexy a adorable. Retiró la almohada que estaba a mi lado y se acomodó, sentada y con la espalda contra mi cabecera.

—Con lo que pasó la primera y última vez que estuve en esta habitación... jamás creí que volvería a quedarme -susurró—. Y mucho menos porque tú me lo pidieras... —Abrí los ojos, sostuve la mirada con Blake unos segundos, para después acurrucarme sobre la almohada en su piernas. Mi brazo derecho reposó encima de las mismas y sus dedos sobre mi adolorida cabeza. Sus delicadas caricias deslizándose entre mi cabello, me dieron la paz y el alivio que necesitaba. Caer profundamente dormido, no fue nada complicado.

~

—Matt... Matt... —Escuché la voz de Amy, sin saber con exactitud si aquello era un simple sueño o la realidad—. Matt... —Abrí los ojos y encontré a Amy, sentada en la orilla de mi cama—. ¿Cómo te sientes?

Set Me FreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora