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Blake Janssen:
—Hija, a mí me hubiera gustado que te quedaras con el Penthouse —dijo mi madre.
—¿Qué dices, mamá?, ¡si todos los apartamentos están de lujo! —dije emocionada mientras me tumbaba en la cama—. Además no puedo ponerme tan exigente. Es dinero tuyo y de mi papá.
—Y por lo mismo queríamos lo mejor para ti, cariño. —Se sentó en los pies de mi cama y me miró con seriedad.
—¿Qué? —pregunté confundida.
—¿Vas a decirme qué pasa entre Chas y tú? —Se cruzó de brazos.
—¿Qué pasa de qué?—Reí nerviosa.
—Hija, por el amor de Dios. —Rodó los ojos—. Yo no nací ayer... ¿Te peleaste con él otra vez?
—No... —Me puse de pie y evité a toda costa la mirada de mi madre. Mis mejillas se habían destensado, ya que había dejado de sonreír. Mi estado de ánimo habia cambiado, y me comenzaba a percatar de que eso sucedía cada que algo implicaba a Chas.
—Cielo, es tu novio desde hace casi ocho años. Cualquier problema que tengan debes solucionarlo. La comunicación es la clave y lo sabes. —Rodé los ojos, sabiendo que la clave era terminarlo y ya. Pero mis padres habían desarrollado una especie de apego a Chas. El típico chico que no sólo conocen desde hace años, sino que tiene mi misma posición, un futuro prometedor y una adecuada educación.
Se habían dejado conocer por él tan bien, que para Chas no era difícil seguir dando el mismo trato hacia ellos, a pesar de los años. Pero en definitiva no se podia decir lo mismo de nuestra relación. Que no era la misma desde aproximadamente tres años.
—Mamá, debo desempacar. —Di por concluida la conversación.
—¿No vendrás a almorzar con nosotros? —Me siguió—. Podemos invitar a Chas. —A duras penas me contuve para no resoplar, teniendo presente que ella odiaba eso.
—No, descuida, ma, ordenaré algo. Ve con papá, que ya debe de estar esperándote.
—Está bien, llámanos si necesitas ayuda, cariño. —Tomó su bolso y abrió la puerta.
Suspiré aliviada por no tener que dar explicaciones acerca de mis problemas de pareja, y seguí desempacando, así como ordenando todo como a mí me gustaba. Estaba emocionada de que por fin viviría sola. El edificio era precioso, al igual que mi nuevo apartamento.
Transcurridas un par de horas, decidí ordenar una ensalada para matar el hambre adquirida, gracias a tanta labor. Cuando llamaron a la puerta, me apresuré a abrir. Feliz de que mi comida hubiera llegado más rápido de lo estimado.
—Hola, mi amor. —Chas depositó un beso en mis labios y entró como si fuera su casa.
—¿Tú qué haces aquí? —pregunté molesta—. No te invité a pasar.
—Amor, no seas grosera. —Me observó con detenimiento y sonrió—. Luces preciosa.
—¿Con este tono ya no te averguenzo delante de tus padres? —cuestioné sarcástica.
—Blake, ¿sigues enfadada por eso?
—Sí, y mucho.
—Amor, trata de comprenderme. —Estiró su mano para alcanzar mi rostro, mismo que aparté de inmediato—. Mis padres no están acostumbrados a verte con el cabello rosa. Están acostumbrados a verte decente, como eres en verdad, cielo.
—O sea que un color en mi cabello me quita clase, según tú. —Me crucé de brazos.
—Algo así, pero no me lo tomes a mal, cariño. Tú te ves hermosa con cualquier cosa, sólo que debes evitar usar... colores no naturales. Esos sólo los usan las personas... tú sabes, más corrientes. —Abrí la boca impactada por su patanería—. Y mi linda novia no es corriente.
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Set Me Free
FanfictionLa calma no llegó después de la tormenta más violenta. Cuando la peor pesadilla de Matt se hizo realidad, supo que su más merecida condena sería vivir para siempre dentro de ella. Ahogándose en remordimientos, y refugiándose en recuerdos. Deseando...