Había vívido demasiadas vidas en la Tierra pasando mi eternidad observando cómo los humanos se masacran entre ellos por cosas insignificantes pero también conocía su bondad.
Había paseado por sus cielos y observado cómo logran regenerarse después de los horrores que por lo regular, ellos mismos se causan unos a otros, tenía momentos específicos guardados en mi memoria donde cada error cometido era remediado por los actos de bondad y piedad que se tenían unos con otros.
No todo era malo y definitivamente no eran seres insignificantes.
Hacia unas semanas un Asgardiano había llegado a causar estragos en la tierra, el dolor que había dejado a su paso seguía atormentando a la humanidad, aún oigo los lamentos por las pérdidas y heridas, como consecuencia de eso mis lágrimas se hicieron más fuertes y aunque ellos las llaman rocío e ignoren que en realidad es mi dolor por verlos sufrir lo que moja sus caminos antes del amanecer, los amaba.
— Aurora — me doy vuelta para saludar a Camille cuando percibo que me habla.
— es tarde vamos a perder el taller— me da empujones suaves para que apresurara mi paso y dejará de perderme en mis pensamientos.
— Ya voy no me empujes— camino más rápido y veo como sonríe al darse cuenta que logró despabilarme.
— Nunca podré acostumbrarme a que desconectes de la realidad mientras piensas — dice, me limito a hacer una mueca de disculpa, sería difícil que entendiera todo lo que implicaba mi existencia. La conocí hace algunos años cuando llegó a mi tienda atraída por la vidriera donde había expuesto cuadros míos como decoración, ella también pintaba por lo que conectamos de inmediato en poco tiempo se volvió mi amiga, le di trabajo en la tienda, me presentó a sus amigos, como si de magia se tratara me vi rodeada de personas en su mayoría artistas con el alma libre.
Llegamos a la galería y tomamos nuestros lugares, un chico de pelo rojo me paso una goma de mascar como el día anterior creo que era su forma de tratar de entablar una conversación pero no estaba interesada, aunque fuera piadosa (más que los demás dioses que conocía) seguía siendo Aurora, el Amanecer mismo.
Cuando empezamos a pintar bajo las instrucciones del charlista pude al fin desconectarme de todas esas emociones que abrumaban mi pecho, solo éramos el lienzo, el pincel y yo.
Mis padres no estaban contentos de la vida que había decidido tomar detrás de mi pasión terrenal aunque la mayoría de los dioses habían pasado tiempo en la tierra y compartido (incluso procreado) con humanos veían mi decisión de vivir con los mortales muy estúpida en propias palabras de mi madre. Claro sigo siendo parte de la familia, voy a verlos constantemente son mi familia, el Olimpo era es mi historia.
Camille se despidió al terminar el taller solo con un adiós desde la puerta, puede ver su cara de felicidad cuando el chico de pelo rojo de los chicles le había abierto la puerta. Fue lo de siempre, Camille tenía una nueva víctima para enamorarlo luego dejarlo en dos meses para regresar con Mike, su eterno y muy tormentoso romance.
— Pintas de manera peculiar — interrumpe mis pensamientos el conferencista de hoy al tocar mi lienzo — es como si no existiera trazos de los pinceles, hubo una mujer en el siglo XV que se hizo famosa y la acusaron de brujería ya que nadie entendía la perfección de su trabajo, curiosamente también se llamaba Aurora — se recuesta por un banco con los brazos cruzados en su pecho mirándome fijamente.
— ¿Quizás soy su reencarnación, usted cree en los dioses, el alma y todo eso profesor?.
— Si un par de meses atrás me lo preguntabas diría que no, ahora tenemos a un criminal que desciende de la mitología nórdica y nos intenta asesinar así que mis ideas cambiaron. — Estira las piernas para ponerse más cómodo — Me gustaría conocerte más y ver todas tus obras podríamos salir esta noche antes de que regrese a Suiza para mi exposición — propone mirándome con una mirada muy poco profesional, ahí empezamos de vuelta, un hombre tratando de invitarme a salir con una excusa de por medio siendo tan fácil sincerarse y decir: salgamos me atraes.
— Está noche no puedo profesor — termino de recoger mis cosas para salir de ahí lo antes posible, odiaba cuando se acercaban con intenciones amorosas.
— una lástima quería conocer qué obras tienes y si alguna podría llevarla conmigo para ser expuesta en la galería de Stark — le sonrió amablemente ya conocía la historia de llevar alumnas a las grandes galerías, hacerla sentir un prodigio para luego ir a la cama, nuevo siglo mismas técnicas.
— tengo un viaje familiar programado para el fin de semana no puedo cancelarlo, quizás la siguiente, gracias por tenerme en cuenta profesor Cameron — respondí incómoda por su insistencia, cuando terminé de recoger mis cosas me despido de él con una sonrisa y salgo casi corriendo, sus intenciones eran claras no sentía ganas de seguirle el juego.
Caminé hasta mi departamento al llegar pude oír la risa de Camille mezclados con la del chico de la clase, sabía que mi sofá iba a necesitar un lavado profundo después de eso. Decidí entrar por la ventana para no molestarlos en su momento feliz, use algo de viento para alcanzar mi balcón luego de asegurarme que nadie estuviera cerca para verme flotar.
Una vez dentro empaque los vestidos que me vería obligada a usar éste fin de semana, detestaba ir a un juicio donde los jueces serían dioses que tienen egos gigantes y nada de humanidad. Pero debía ir, mi madre me lo ordenó, las cosas no estaban bien entre nosotras después de venir a vivir como una simple humana (aunque de eso ya paso como 200 años), prepare vestidos y joyas lista para emprender mi viaje al juicio del psicótico hijo adoptivo de Odín.
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— ¿De verdad tu familia tiene que obligarte a vestir como una ramera griega cuando los visitas? — me consulta Camille cuando ve algunos de los vestidos que sigo eligiendo, en su mayoría eran pedazos de tela apenas cocidas con cortes reveladores, la ropa que en mi verdadero mundo era normal.
— No son de prostitución son inspirados en antiguas diosas — la corrijo.
— buena para ti y tú abdomen perfecto que puede lucirse con esa media sábana liada — me rio por lo alto, ella se contagia de mi risa — para ser una chica que rechaza y huye de cualquier hombre que se le acerque sabes cómo vestir para provocar fuego.
— Créeme Camille, donde voy es preferible pasar desapercibida — convivir con Dioses tenía su lado peligroso el poder los ciega la mayor parte del tiempo.
Termino de arreglar mi maleta y despido a Camille pidiendo que alimente a mis peces mientras no esté. Se que le dije a todos que iba el fin semana pero conociendo Asgard como las historias de mi padre lo describe sería un fin de semana es poco tiempo para sus celebraciones y creo que la ejecución de Loki, el psicótico asesino sería un evento muy celebrado.
Me di una ducha, tome un vestido blanco de lino de estilo helénico con detalles dorados, trencé mi cabello, colme de pulseras mis brazos, coloqué en mis pies las típicas sandalias de mi cultura, se supone que es el look digno de una Diosa Griega solo faltaba mi carruaje tirado por caballos para revivir mis primeros días de existencia, mi madre debería sentirse complacida por mi elección.
De la nada volví sentir el dolor de las personas en mi pecho, tenía que dejar de sentir al mundo antes de que me causará problemas, cargar con el dolor de los demás no era mi función, ¿entonces porque era la única Diosa que sufría con los humanos? conocía la respuesta, aun así me negaba a aceptarla.
Esperé en silencio que mis padres pasarán a buscarme como habíamos acordado, cerré los ojos dejando que el dolor de la humanidad corriera en mi, no tenía otra opción...
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Daylight - Inspirada en Loki
Fanfiction"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift 《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado. Los errores del pasado pueden ma...