Daylight - Inspirada en Loki

Destino

[NARRADOR EXTERNO]

En la habitación de tronos dentro del templo de Zeus, los Dioses se habían reunido en secreto para tomar una decisión que podría ser tan mala como buena.

Habían pasado 2 semanas de la boda, la pareja de recién casados paseaba por los bosques, por los ríos, las tierras con felicidad y tranquilidad. El encanto de la nueva familia no pasaba desapercibido, cada dios menor o mayor deseaba tenerlos en sus templos para una cena, amaban al recién nacido dios aunque nadie podía aún darle un don es específico.

Aunque para Deméter madre de la tierra en el fondo su sobrina sentía un pesar del que no hablaba, un secreto incluso para el amado esposo. Los Doce conocían a la perfección cada gesto y mirada que se asombraba en el rostro de Aurora, conocían lo suficiente para saber que el Olimpo no era su hogar y aunque solo fuera una visita, ella estaba perdida.

— Si podemos, es piadoso no solo por ellos, sino por todos — dijo Deméter quien en sueños había encontrado uno de los pozos mágicos.

— No deberíamos ni siquiera discutirlo, es lo correcto — Afrodita que era la más romántica aportó.

— ¿No creen que si el destino hizo que se acabará debió ser por algo? — Atenea no pensaba que desafiar al destino fuera bueno.

— pero también fue el destino quien presentó a Deméter, la naciente. De todas las personas que podían pedir cosas para ellas... — dijo Apolo quién era tan sabio como su tía.

— yo lo tengo todo — aseguró Deméter — ellos no tienen lo único que les falta, un hogar.

— ¿Qué les hace pensar que será su hogar? — pregunta Zeus.

— Ella nació para grandes cosas, que no son ni aquí ni en ningún otro lugar que ese, la vimos florecer allí, si quieren mi voto será un sí definitivo — Hera se levantó de su trono — no puedo explicarlo, hay algo sobre ella, su hijo y ese lugar.

La mirada de Atenea que no parecía feliz con la idea, siguió a su padre, Zeus se llevó la mano a su mentón — Atenea, tu consejo pesa mucho ¿crees que no deberíamos intervenir?

Atenea se quedó callada un momento, en su vislumbro la posibilidad de las cosas que podrían salir mal, las cosas que podrían salir bien y ambas estaban en la balanza de lo incierto — esta vez prefiero que sea un acuerdo general — responde al fin.

— Votemos entonces — dice emocionada Deméter, desde el segundo en que despertó del sueño lo único que había pensado era su dulce sobrina.

Así uno por uno los Doce dioses escribieron en pedazos de papiro sus respuestas, cuando fue el momento de contarlos Apolo bendijo el cuento de papeles, deseaba que su hermana recuperará su hogar. — Son 8 a favor y 4 en contra — informa, sonriendo.

— Tengo una idea — intervino Artemisa — aunque nosotros digamos si, debería ser decisión de Aurora y Loki, son ellos quienes asumirán el precio..

— ¿Ella ya tiene la moneda, no? — pregunta Ares

— la tiene, la única en el universo es suya. Déjenos que sean ellos quienes elijan su destino, solo seamos fuente de opciones. ¿Atenea me apoyas? — la luna miró a su tía.

— me gusta — acepta.

— bien, que sea así, le daremos la posibilidad de elegir — Zeus dio la última palabra.

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