"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
Thor me dejó en la puerta de la habitación, golpee pero nadie respondió por un largo rato. Quizás por mi insistencia apareció Loki en la puerta con la cara colorada.
— disculpa la hora vengo a ver como está Aurora.
Loki me mira despectivamente de arriba a abajo
— Fue a la cocina por un helado, come helado cuando está nerviosa. Puedes esperarla dentro si no te molesta mi compañía — dice sin esperar mi respuesta , gira y va hasta la ventana donde pierde la mirada.
Entré a la habitación y cierro la puerta. Me fijo en Loki a detalle por primera vez, su ropa verde dorada y negra se veía compleja con un aire militar, su cabello negro y largo le llegaba hasta los hombros a pesar de eso se lo ve con un aire varonil, despedía un aire elegante frío y misterioso a diferencia de Thor que parecía jovial y accesible. Su pálida piel hacía juego con su cuerpo delgado, si no lo conocieras pensarías que es un ser fácil de vencer, su apariencia rasgaba a un visión de fragilidad, sin duda ese era su primer engaño ya que era un Dios de fuerza sobre humana.
—- Me vas a gastar si sigues mirándome Jane — dice y me sobresalto, acababa de llamarme por mi nombre y no me había insultado.
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— No te insulto porque eres amiga de Aurora, tú la ayudaste sin conocerla, eso y eres la pareja de mi hermano lo que nos hace...
— ¿Leíste mi mente ? — pregunté apenada.
— no pude evitarlo, tus pensamientos ansiosos resuenan como gritos en la habitación — dice sin mirarme.
— ¿Nos hace familia ? — vuelvo a preguntar.
— no abuses de mi buena voluntad Jane — gira para sonreír sarcásticamente.
— puedes ser agradable cuando no estás intentando dominar al mundo o algo así.
— o te estoy mostrando un lado amable para ganarme tú favor — me quedo pensando en la posibilidad cuando se abre la puerta.
Aurora entra en la habitación con dos potes de helado uno de vainilla con chispas de chocolate y otro de limón se ve sus ojos rojos humedecidos, había estado llorando —son los únicos sabores que encontré — me ve sentada en la cama, me sonríe con amabilidad. — ¿Quieres helado? — me pasa una cuchara y la tomo — ¿cuál prefieres? — pregunta.
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