Los Doce Olimpicos

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SELENE - ARTEMISA

La casa de Aurora estaba al borde del mar, donde se podía confundir el cielo estrellado con la oscuridad de las aguas calmas, en los viejos tiempos era de ahí donde paseaba en el alba con su carro tirado de los resplandecientes Lampo y Faetonte.

Era fácil reconocer cuando la bella Aurora se aproximaba porque, al amanecer, un dulce viento mojaba nuestras mejillas y la frescura tocaba nuestra piel; aunque aún no sale el sol, hermosos colores aparecen en el cielo y, tras ellos, Helios con su fuerte resplandor seguía sonriente a la pequeña Diosa del Amanecer.

El templo de Aurora era una combinación de piedra caliza y mármol rosa con destellos dorados simulando el cielo, con altas columnas que sostenían un techo de terracota y baldosas de mármol blanco. Bellas flores silvestres crecían a un costado, marcando un camino que lindaba al bosque donde las Náyades la esperaban en el riachuelo para compartir su eterna gratitud por cuidar del mar y del cielo.

Al otro costado cercana al templo de Poseidón respiraba el fresco aroma de agua salada con vistas envidiables del fondo del mar, al palacio hecho de corales y gemas que habitaba la corte marina. De todas los templos solo Aurora poseía el privilegio de vivir en medio de dos paraísos, el bosque y el mar.

 De todas los templos solo Aurora poseía el privilegio de vivir en medio de dos paraísos, el bosque y el mar

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Las sirvientes tenían lista su habitación cuando llegamos, con suma delicadeza padre la bajo en su cama. Mi madre observaba la escena inmutable sin alguna expresión de su rostro.

Con los días, alimentada con el néctar más puro que el mismo Hebe había acercado al enterarse del padecimiento de Aurora, el suave licor de color granate semejante al más puro y dulce vino había mejorado su color, aunque seguía dormida totalmente quieta.

Con los días, alimentada con el néctar más puro que el mismo Hebe había acercado al enterarse del padecimiento de Aurora, el suave licor de color granate semejante al más puro y dulce vino había mejorado su color, aunque seguía dormida totalmente ...

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Higía creía que deberíamos darle ambrosía para que logrará sanar completa, el problema era que no despertaba, no podría masticar las delicias sagradas. Mi madre y padre no se despegaban del costado de su lecho, nadie más lograba acercarse por temor a las miradas que daban a los extraños.

Me senté en las gradas de la entrada frustrada porque había querido traer a Loki con ella, se lo prometí, pero mis padres lo prohibieron lo acusaban de ser el causante, habían ordenado que ningún hijo de Odín pudiera cruzar al Olimpo. Me debatía entre pedir al consenso de Dioses ayuda o dejar que Aurora despertará para decidir por sí misma qué camino tomar. Los días pasaron y las mejoras se detuvieron, el progreso de Aurora quedó congelado. Había recuperado el color, un poco de brillo pero no despertaba.

Daylight  - Inspirada en Loki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora