"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
Parados en el Bifrost esperábamos que Aurora llegará, la bienvenida a la corte del reino de Alfheim era algo importante. Loki me había pedido que integrará a Aurora y Jane como parte de los eventos oficiales ya que ambas eran las prometidas del Rey y el Príncipe. La bienvenida la daríamos Loki, Aurora y yo dado que Thor y Jane se encontraban en Midgard.
Mis hijos habían discutido por eso, Loki decía que Thor no se tomaba en serio su trabajo como Rey, mientras Thor se defendía en que Loki tenía a su prometida viviendo con él, se veían todos los días por eso no comprendía la intranquilidad que sentía cuando Jane se iba por mucho tiempo.
Como sea, Thor pasaba más tiempo con Jane que en su trono. Mi hijo mayor no quería ser rey, pero el miedo de que su hermano menor sucumba a la ambición le impedía entregar la administración total.
Los pasos de Aurora nos hicieron girar. La Diosa del Amanecer había elegido un vestido rojo, aunque llevara meses viviendo en Asgard ella seguía mandando hacer vestidos más midgardianos, el velo de encaje rojo que caía de su caballo recogido se arrastraba por el suelo, la tiara que había dejado en su cama combinaba con los detalles dorados que cortaban el rojo de la tela.
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— Las mujeres más hermosas de Asgard — le dice Loki tomando su brazo.
— Majestad — saludó la Diosa — gracias por el obsequio.
— ¿obsequio? — pregunta Loki.
— la tiara — responde Aurora — tu madre dice que una princesa debe tener corona.
La sonrisa de mi hijo se ensancha — madre siempre tiene la razón — dice orgulloso — ¿como haces para esconder a nuestro hijo tan bien?.
— jaja... es el corte del vestido, ¿no te gusta?
— te ves hermosa pequeña griega — Loki acaricia la mano de Aurora.
— Majestades, la Corte de Alfheim está lista — Heimdall captura nuestra atención.
— Tráelos, portero — ordena Loki, que empuja a Aurora unos pasos más atrás para que la luz del Bifrost no la cegara.
La mujer más bella que mis ojos hayan visto, superando incluso a Afrodita, fue la primera en llegar. Sus orejas alargadas se encendían detrás del cabello negro más sedoso que alguna vez vi, sus ojos eran los más azules conocidos y sus labios perfectamente pintados en rojo.
Era tan alta como Loki, tan hermosa como una rosa floreciendo.
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