"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
Loki despertó rodeado de miradas de extraños seres que jamás había visto, un vertedero maloliente era lo que se veía a lo largo de donde alcanzaba su vista borrosa. La preocupación por Aurora y su hijo llenaba su pecho — ¿Dónde estoy? — pregunta poniéndose de pie con cautela.
— No hablamos con la comida — le responde uno de los extraños seres, Loki sonríe viendo como los brutos tratan de tomarlo pero con su magia aparece y desaparece ante los ojos incrédulos.
— Estoy aquí — les dice el Dios divertido — ¡ay no, mejor dicho estoy aquí! — se aparece al otro extremo del basural, el juego dura bastante, tanto que los seres terminan mareados — nadie captura a un Dios para hacerlo su cena — dice una vez que los ve débiles y lanza sus dagas en sus pechos — ¡Tú! — se dirige al único que quedaba vivo — si no deseas morir dime donde estoy y cómo regresar a Asgard — el menudo ser se arrodilla asustado.
— Nadie sale de este planeta sin permiso del Gran Maestro — Loki suspira y pone los ojos en blanco.
— Entonces si valoras tu vida me llevarás hasta el Gran Maestro- le dice. El ser que literalmente se había orinado por el temor que le causa aquel rostro blanco que mataba sin piedad, acepta el pedido.
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— No es fácil llegar hasta el Gran Maestro pero lo dejaré cerca — responde.
— Como sea, me sabré arreglar — dice Loki.
El príncipe asgardiano mantenía la calma en apariencia, por dentro rasgaba sus vestiduras, no tenía idea de cuánto tiempo pasó desde su partida de Asgard, o si su terca mujer cumpliría con su palabra y al verse en peligro huiría lejos donde los problemas no alcanzaran al hijo de ambos.
La ciudad se veía un poco más limpia que el basurero donde cayó, siguió atento los pasos del ser nauseabundo que era su guía, en la mente de Dios solo había preocupación por lo que Hela pudiera hacerle a su hijo, poniendo de peor humor con cada segundo sumado — ¿Falta mucho? — consulta impaciente.
— Aquí es señor, yo no puedo pasar, no tengo el rango — dice el ser.
El edificio era llamativo, colorido y de mal gusto, carecía de estética como toda la ciudad, aunque emulaba lujo no era más que un basurero torpemente restaurado por un mal arquitecto.
— Tu vida es tuya, cuídala — le advierte el Dios, el ser corre alejándose temeroso mientras Loki ríe, su recorrido le había hecho comprender que el lugar era un caos.
Espero en silencio que la gente estuviera distraída para hacerse invisible así podría ingresar hasta aquel patético y colorido lugar donde residía el líder de tan pintoresco basurero. Aprovecho que un hombre ingresó sin ser detenido por los guardias de la puerta para colarse. Una fiesta con alegres seres vestidos extravagantes y música pegadiza sacude todo el lugar desde arriba hasta abajo, el Dios siguió camuflado mirando y escuchando las conversaciones de los invitados para planear su siguiente paso.
