"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
La vergüenza por ser descubierta pintando a Loki me puso roja, aunque Frigga había sido amable y pidió que le regalara el cuadro para no meterme en problemas si alguien lo descubría, se suponía que él no tenía que tener contacto con nadie mientras esperaba su ejecución, sentía que había violado algún límite infranqueable.
Saqué el lienzo del caballete y lo doble para entregárselo, Frigga me sonrió amablemente antes de irse.
Me estaba involucrando más de lo debido con estas personas, pero, me estaba encariñando con ellos. Debía regresar lo antes posible a mi vida en la tierra, seguir mis clases de pintura o salir con mis amigos mortales. Vivir dentro de lo mitológico y mágico había dejado de ser para mi hace mucho, lo sabía, después de ese indecente lo decidí, no debí acceder a venir a esta ejecución.
Por la noche, asistí a un brindis en honor al cumpleaños de uno de los caballeros de Thor, las bebidas eran lo que más corría. Mis padres decidieron no aparecer se disculparon argumentando cansancio aunque yo sabía que en realidad consideraban bajo compartir el cumpleaños de un sirviente (así lo llamarían ellos). La alegría de la noche no se vería manchada por la amargura de mis padres , fui sin importar mucho de lo que pasará como consecuencia cuando se enteraran que había participado.
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El vino asgardiano se había convertido en mi deleite, Thor parecía seguir molesto por mi pequeña intromisión en los calabozos anoche y su cortesía se había vuelto más fría entonces decidí ignorarlo, dedicar mi tiempo a su amigo, el rubio con sonrisa descarada que anoche no había dejado de mirarme. Fandral estaba acompañado de dos damas a cada costado
— Fandral — lo llame mostrando mi copa vacía, él dirigió su mirada deseosa hacia mí y trajo una jarra de vino enfrente.
— Lady Aurora parece que le gusta el vino — era un descarado seductor.
— Un poco aunque hay cosas mejores que saborear en Asgard — sonreí coqueta y él no pretendió no comprender mi insinuación.
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— Hoy se lucio cuando recorrió los cielos con ese vestido traslúcido — los movimientos de su cuerpo eran como un juego para seducirme, no estaba segura del todo pero había algo que me impulsaba a seguirle el juego.
