"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
La Reina Frigga miró a Heimdall anonadada, no podía comprender las palabras de la boca de su guardián — Ellos regresaron Asgard — aquellas palabras carecían de sentido. Frigga conocía el gran poder de los Olímpicos, después de todo fueron los únicos dioses que lograron sobrevivir sin que ningún miembro de su raza muriera, aún así no lograba ni siquiera imaginarse como Aurora podría haber logrado restaurar un planeta que había quedado hecho polvo.
— Heimdall debió ser un sueño — Jane opina.
— puedo ver las calles de Asgard, el palacio, el Bifrost. No tengo una explicación y tampoco puedo ver más a Loki y Aurora pero sé que ellos lo hicieron — asegura el guardián.
— Una treta de Loki que intentará venir por la espada — Thor dijo furioso.
— vendrá por la espada, es la llave y la forma de que todos regresemos a casa — Frigga que creía en su hijo adoptivo respondió mirando con desaprobación a Thor.
— ¡Si de verdad hicieron eso lo que buscan es ser reyes, Loki quiere volver a usurpar el poder! — Thor levantó la voz, Jane le sujetó el brazo preocupada por la reacción ante su madre.
— tú no quieres ser rey, te quejas todos los días. ¿Si Loki lo quiere, porque te opones? — le pregunta la doctora a su novio.
— tengo un deber....
— un deber que no amas, que no ambicionas hijo.
Thor iba a gritar más pero decidió salir de la habitación y caminar rumbo al campo, es complicado tratar de juzgarlo... había sufrido tantas pérdidas, su mayor responsabilidad había sido gobernar Asgard pero perdió la batalla. También había perdido a su hermano en ese proceso, aquel Loki que fue su compañero en batallas había sido reemplazado por un hombre muy diferente quien ya no era su compañero, era una visita cada par de semanas.
El Dios Rey se sentó en una roca en silencio meditando sus sentimientos encontrados, si era verdad aquello, retornarian a su hogar, ya no más exilio.
— Hiciste bien tu trabajo Thor— la voz de Frigga hizo al Dios suspirar.
— ella estaba ahí, pude seguir enviándole rayos... ella murió ¿pero de qué sirvió? Fue tarde, ya no quedaba nada de Asgard. Me quede ahí parado, un idiota...
— no eres ningún idiota — responde su madre — ¿estás aquí o no? Buscando consejo de la persona más sabia de Asgard — la mujer sonríe.
— si.... eso creo — el Dios es incapaz de mirar a su madre apenado por la forma en que le había gritado unos minutos antes.
— ¿un idiota?, no. ¿Un fracaso?. Completamente.
— Eso fue un poco cruel — reclama a su madre Thor.
— ¿pero sabes en que te convierte? — la reina se sienta a su lado — en alguien igual a todos.
Thor suspiró — pero se supone que no debo ser como los demás — responde mientras su madre acomodaba su cabello tiernamente.
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