"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
Bajamos de la mano, Jane estaba aún asustada por todo lo que tuvimos que enfrentar en Asgard, de hecho huimos de Asgard corriendo, y fue Odín quien abrió el Bifrost porque un nuevo ataque de Elfos había llegado.
Heimdall era uno de los mejores caballeros disponibles y tuvo que dejar su guardia eterna para unirse a la terrible batalla.
— No puedo creerlo — murmuró Jane cuando tocamos suelo. —Aurora tengo tanto miedo.
— Aquí estamos a salvo — le doy una sonrisa de aliento. Odín nos había bajado cerca del complejo, debíamos caminar unas millas — Fuerza Jane, estarás en tu casa pronto.
Estaba ansiosa de encontrarme con mis amigos, el viaje en el Bifrost fue muy sorpresivo, sentí un mareo pero traté de resguardar la compostura, Jane estaba muy abrumada, si me dejaba caer la pobre no podría lidiar con ello.
Las aspas de un helicóptero se oyeron, levante mi cabeza y lo vi acercándose a velocidad, di gracias internas seguro Stark nos vio llegar — nos vienen a buscar — dije agradecida.
En un abrir y cerrar de ojos, grandes motos con hombres armados nos apuntaron, me quedé quieta un segundo sin entender nada. Uno de los hombres tenía un enorme megáfono
— bajen sus armas y quédense donde están, ante cualquier movimiento los agentes van a disparar — amenazó, miré a Jane, confundida.... ¿Por qué S.H.I.E.L.D nos recibiría de esa forma.?
— No somos enemigos — respondo, intento avanzar pero una bala se dispara y da por un árbol.
— La primera advertencia — dice la voz del megáfono.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¡¿Qué mierda les pasa?. ¿Quiénes son ustedes ?! — gritó Jane tomando valor. La confusión no ayudaba a mis mareos, cerré los ojos y llevé la mano a mi boca intentando contener las náuseas, lo que desató un nuevo disparo.
— ¡Quietas, ordene!, tercera advertencia. La siguiente...
Jane me agarró del brazo, los pocos movimientos que hicimos valieron para que los hombres saltaran de sus motos y autos, nos apuntaron directo a la cabeza.
— de rodillas— ordenó la voz del megáfono.
Jane me ayudó a ponerme de rodillas, no despegue la mano de mi boca, el ácido de mi estómago me quemaba – yo no me pongo de rodillas ante simples mortales– pensé y me levanté del suelo
— váyanse a la mierda — dije, lista para defenderme y soltar la luz. Pero una voz conocida me robó la atención
— dejenlas, vendrán conmigo — Visión se apareció flotando. Los agentes bajaron sus armas. — Señoríta Aurora, señorita Jane. Vengan conmigo, nadie les hará daño.
—- no entiendo qué pasa- susurró Jane completamente asustada.
— Son agentes del gobierno, la llegada por el Bifrost los alertó, disculpen.