"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
Pasaron los días, uno, luego otro hasta que se completó una semana y luego dos. No había una sola noticia de mi pequeña de ojos dorados, el silencio del complejo se hizo aterrador, todos esperaban algún reporte y al llegar la noche sin recibir nada, se hundían como yo en un duelo silencioso.
Thor había pedido a Heimdall que mirara en busca de noticias pero dijo que el Olimpo era su límite, su poder no podía alcanzar el cielo de mármol y oro. ¿Cómo describir el dolor en mi pecho?
Hacía tan poco la conocí con ese apestoso aroma a humanidad y aquel escandaloso vestido verde. Ella había protegido a mi madre incluso más que Thor, desafiando al Padre de Todo para darme una oportunidad de redención. En mis sueños era atormentado con los dulces recuerdos de su boca diciendo mi nombre mientras la poseía, eran los recuerdos felices los que llegaban a perturbar mi corazón. Maldecía el momento en que decidí buscar al mago, fui yo quien la entregó en manos de quienes me la pudieron arrebatar, había provocado su dolor al intentar sanarla. Hubiera sido mejor cuidarla cuando se sintiera abrumada, al menos la tendría conmigo....
Había acaparado la biblioteca del complejo como mi refugio, era el lugar donde más podía sentir su presencia, su caballete y pinturas puestas con vistas a la ventana donde gotas de infinitos colores desperdiciados en el papel diario que ponía para no manchar el suelo. La última copa de vino que había bebido la noche antes de ir a New York aún estaba en la mesita al lado de la lámpara, una copa a medio terminar que dejó cuando Steve la llamó para reunirse a cenar.
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Estaba enloqueciendo, gritando en mis adentros que alguien me ayudara a saber que estaba bien, aunque no fuera conmigo que ella logrará vivir, que no se hubiera apagado por completo.
Había rogado de rodillas a Odín que me ayuda a buscarla, en medio del bosque una noche corrí para pedir piedad a mi padre, no hubo respuestas. Él era el único que sabía cómo contactar al Olimpo.
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Deje de comer, incluso los mortales que me odiaban intentaron acercarse para hablar y darme consuelo. ¿Consuelo a un Dios? ¿Cuándo había dejado de ser el temible Loki para causar lástima y empatía? ¿Que seria de mi ahora que ella no estaba?
