"Hay tantas líneas que he cruzado sin tener perdón. Te diré la verdad, pero nunca te diré adiós" Daylight, Taylor Swift
《En los ojos dorados de la pequeña Diosa del Amanecer el Dios del Engaño terminará encantado.
Los errores del pasado pueden ma...
Aurora bajaba las escaleras sin prestar mucha atención a su alrededor, estaba hablando con Jane por teléfono.
— ¡Loki! — grito para llamarlo.
— No hace falta que grites — se queja Strange.
— Siempre olvido que no te gusta el ruido, perdón — se disculpa la diosa con su anfitrión.
Hacia un poco más de seis meses que habían llegado a pedir quedarse unos días en el Santuario, aunque la pareja había recuperado su departamento en París, Strange había insistido en que se quedarán el tiempo que fuera necesario, poco a poco el Hechicero se encariño con el bebé a quien había enseñado a caminar y a veces paseaba por las calles de la ciudad.
— Eileifr duerme, lo despertarás. — la regaña.
— ¿Quién diría que serías tú quien consintiera a mi hijo? — Aurora sonríe a Stephen
Loki que había escuchado su nombre, quien hoy debía cocinar se aparece a los pies de la escalera sucio hasta las orejas y con el delantal quemado en partes. — ¿Me llamaste cielo?
La Diosa ríe viendo como Loki estaba empapado de harina — ¿porque no usas magia o pides delivery? — pregunta Strange.
— Tengo tiempo de sobra para aprender y limpiar mi desastre— responde el Dios — ¿cariño, me necesitas?
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— Jane dice que ya tienen los papeles de Nuevo Asgard, harán una fiesta para festejarlo, nos invitó — Loki suspira, él no había ido al lugar nunca.
— que lo disfrutes — responde secamente.
— Vamos Loki, tu madre te debe extrañar...
— tampoco ha querido venir a visitarnos.
— lo hace porque quiere que vayas hasta Noruega. Lo sabe — Aurora se acerca a Loki — acompáñame esta vez por favor, por mi... no por Thor — pide.
El Dios se debate un rato, no quería volver a ver a Thor, sabía por Aurora que no estaba pasando bien, que era Frigga quien más llevaba el peso de instalar la nueva ciudad — no me quedare a dormir, si voy regresamos enseguida — responde sabiendo que no podría negarse mucho a la mirada que le daba su amada.
Aurora golpea las manos con emoción — ¿Stephen vendrás con nosotros verdad?
— no creo...
— Sé que no te gusta la presencia de los asgardianos en Midgard, pero ven, por favor — insiste la pequeña diosa.
— no se porque te niegas Strange, sabes que harás lo que ella pide — dice Loki volviendo a la cocina.
— Un día Aurora, aprenderé a negarme a tus caprichos — se queja el hechicero .
