025. Sirius Black suelto.

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Estaba mirando el techo, muy centrada en sus pensamientos como para prestar atención a su primo, quién leía tranquilamente en la cama de al lado. Recordaba la vez en la que Ronald había llamado a casa de los Dursley, sería el momento más gracioso de si vida si no fuera porque después de eso la castigaron como si ella fuera la verdadera responsable, pero valió la pena.

-¿Diga?

-¿HOLA? ¿HOLA? ¿ME OYE? ¡QUISIERA HABLAR CON HARRY POTTER Y CHARLIE, CHARLIE BLACK!

Ron daba tales gritos que Vernon dio un salto y alejó el teléfono de su oído por lo menos medio metro, mirándolo con furia y sorpresa.

-¿QUIÉN ES? -voceó en dirección al auricular-. ¿QUIÉN ES?

-¡RON WEASLEY! -gritó Ron a su vez, como si el tío Vernon y él estuvieran comunicándose desde los extremos de un campo de fútbol-. SOY UN AMIGO DE LOS DOS, DEL COLEGIO.

-¡AQUÍ NO VIVE NINGÚN HARRY POTTER, MUCHO MENOS UNA TAL BLACK! -gritó Vernon, manteniendo el brazo estirado, como si temiera que el teléfono pudiera estallar-. ¡NO SÉ DE QUÉ COLEGIO ME HABLA! ¡NO VUELVA A LLAMAR AQUÍ! ¡NO SE ACERQUE A MI FAMILIA!

En el fondo, Charlie debía agradecer a Ron por eso, fue bastante gracioso aunque haya tenido que pasar cinco semanas sin comunicación con sus amigos.

La última noticia que tuvo de ellos es que habían viajado. El dinero les sobraba hasta para lanzarlo a todo el mundo y aún así no se acabaría, eso decía Theo, por supuesto que exageraba, no tenía tanto dinero cómo para hacer eso pero por supuesto que se podía dar ciertos lujos.

El reloj de la habitación sonó y entonces ella le echo un vistazo. Sonrió inconscientemente y aclaro su garganta.

-Harry...

-¿Hmm?

-Feliz cumpleaños.

• • • • • • • •

Harry no sabía el motivo por el cual Charlie siempre leía y releia una carta. No sabía que tenía de especial una simple carta que le había llegado el día de su cumpleaños, no era de Theodore, ni de Pansy, mucho menos de Malfoy. No sabía que era lo que esa carta tenía pero algo le llamaba la atención.

-Ron fue a Egipto -comentó Harry mirando las expresiones de su prima, quién lo miro de reojo y asintió-. Supongo que te lo dijo.

-No me lo dijo pero es bueno que haya ido, me parece genial. -su expresión era la misma que siempre tenía en los veranos, aburrida y cansada. Harry bajo la mirada a la carta que ella tenía en manos.

-¿Quién te envío eso? -preguntó directamente. Charlie lo miro y rió un poco mientras comenzaba a negar.

-¿Y tú para que quieres saber eso? La correspondencia es privada -Harry se encogió de hombros y ella sonrió-. Es de Granger.

-¿Ahora te cae bien? -al parecer eso la alarmó. Alzó la mirada con rapidez pero después pareció pensarlo un poco.

-No me cae tan mal. -dijo finalmente. Harry asintió algo inseguro. -¿Tienes tu carta de Hogwarts?

-Oh, eso. Ron me dijo que iría al callejón a comprar una nueva varita y tal, me pregunto si podríamos encontrarnos allí. ¿Que opinas?

-Si tú quieres, yo no tengo ningún problema -se levantó y guardo la carta en su baúl mientras volvía a su cama-. Si tienes algún excelente plan para convencer a Vernon y a Petunia, me gustaría oírlo.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora