076. La sala que se viene y se va.

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-¡Señorita!

Charlie dejo caer su libro sin dudarlo para recibir el fuerte abrazo de Dobby. Había estado todo el día con sus amigos vigilando que nadie dijera nada acerca de las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras. Le había borrado la memoria a los amigos de Ryan Wilson y al mismo, también a Daphne y a Bulstrode, también a distintos grupos. Pero podían saber con seguridad que ya estaba listo, pues la mayoría estaba hablando en voz baja sobre lo encantados que se encontraban con la idea, y Charlie lo sabía porque Harry estaba debajo de la capa, escuchándolos para saber en quien confiar y en quién no.

-Buenas noches, Dobby -dijo con una sonrisa, abrazando a su pequeño amigo. El elfo se separó y comenzó a saltar y dar chillidos de alegría, haciéndola sonreír-. Lamento no haber podido venir antes, he estado ocupada.

-¡Oh, Dobby lo entiende señorita! ¡Dobby entiende perfectamente porque el señor Harry Potter le ha explicado a Dobby lo que sucede! ¡A Dobby le encantaría ayudar, señorita!

-¿Harry te contó? -quiso saber la ojigris, arqueando una ceja. Levantó su libro del suelo y camino hacia una de las mesas. Dobby se paró en una silla, ya que si se sentaba no lograría ver nada.

-¡El señor Harry Potter le ha contado a Dobby sobre la reunión de...! -Dobby se calló en cuanto la joven llevo un dedo a sus labios, indicándole que hiciera silencio. Ambos se fijaron en los demás elfos, era medianoche, así que la mayoría de ellos se encontraban ocupados con la limpieza del castillo-. El señor Harry Potter le ha contado a Dobby sobre la reunión que planean hacer -susurró Dobby.

-Bien, es... bueno. Eres de confianza. Solo te pido que no le digas a nadie, por favor amigo -le sonrió. Dobby asintió con rapidez.

-Dobby primero se cortaría su propia lengua antes de decir a alguien lo que el señor Harry Potter y la señorita Charlie Black le han confiado. ¿Dobby puede saber que hace la señorita Black en este lugar?

-Puedes decirme Charlie, Dobby -el elfo ladeó la cabeza, como si fuera un cachorro. Charlie soltó una suave risa-. Hoy estuve algo ocupada y no desayuné, ni almorcé y como lo puedes suponer, tampoco cene. Y yo quería saber si...

Dobby chasqueó los dedos y frente a ella, en la mesa, apareció una bandeja repleta de comida. Ella lo miró contenta y él le sonrió.

-¿La señorita desea algo más? Dobby espera no haberle traído a la señorita algo que le desagrade. Dobby no toleraría un error tan grande venir de parte de él.

-Esta bien, Dobby. No tienes de que preocuparte -lo tranquilizó la pelinegra. Dobby asintió más animado.

-A Dobby le encantaría poder ayudar a la señorita y al señor Harry Potter en lo que ellos quieran. Los señores han liberado a Dobby y Dobby está agradecido por eso. Agradecido con los señores. ¿Que puede hacer Dobby por ellos?

-Bueno, no puedes ayudarme a menos que conozcas un lugar en el cual podríamos hacer una reunión. Un lugar grande y que ningún profesor pueda encontrar ese lugar. Especialmente la profesora Umbridge -Dobby se quedó en silencio. Charlie frunció los labios y cortó la carne de su plato-. Pero no te presiones, amigo. Si no conoces el lugar está bien.

-No, no, no, señorita. Dobby sabe de un lugar -la joven dejó de masticar en cuanto el elfo habló. Lo miró fijamente, tratando de comprobar que Dobby no estuviera bromeando. El elfo seguía asintiendo bajo su atenta y curiosa mirada-. Dobby conoce el lugar perfecto, señorita. Dobby oyó la historia de los otros elfos domésticos cuando vino a Hogwarts, señorita. ¡Es conocido por nosotros como el "Cuarto que viene y va", señorita, o como la «Sala de los Menesteres».

-¿Sala de los Menesteres? -repitió Charlie con lentitud. Dobby asintió-. He escuchado hablar sobre ella.

-Es un cuarto en que las personas sólo pueden entrar -contestó Dobby seriamente-, cuando tienen una necesidad real de él. A veces está allí, y a veces no lo está, pero cuando aparece siempre está equipado para las necesidades del buscador. Dobby lo ha usado, señorita -confesó el elfo, bajando la voz y luciendo culpable-, cuando Winky ha estado muy ebria; él la ha escondido en la sala de menesteres y ha encontrado allí los antídotos para la cerveza de mantequilla, y una buena cama tamaño elfo para colocarla encima mientras ella duerme, señorita... y Dobby sabe que Señor Filch ha encontrado allí materiales extras de limpieza cuando se ha quedado corto, señorita.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora