La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)

084. La soplona.

Estaba hecho. Pansy tenía el artículo listo sobre la entrevista, Rita Skeeter ya había terminado de hacer lo indicado y Luna ya se había puesto en contacto con su padre. Lo único que quedaba por hacer era esperar, aunque según Charlie, eso era lo más difícil por hacer.

-Solo un poco de paciencia, mujer -le dijo Pansy, que acariciaba a Ónix a su lado. Charlie la miró mal-. La verdad no sé cómo es que Granger te soporta.

-Porque me quiere... creo -hizo una ligera mueca y siguió pintando un dibujo que había hecho para pasar el rato.

En la entrevista, Rita Skeeter les había dicho a ella y a Harry que quería cada pequeño detalle de lo que habia sucedido la noche en la que Voldemort volvió. No había sido fácil volver a revivir la muerte de Cedric, no había sido fácil volver a sentir el mismo dolor que la primera vez. La mayor parte del tiempo luego de San Valentín se preguntó a si misma como reaccionarían todos al saber la verdad. Lo más probable es que la volvieran a tachar de loca.

Pero necesitaba desviar la atención. No podía soportar un segundo más a todos los estudiantes mirándola pasar por los pasillos, señalandola como «la sobrina de Sirius Black y Bellatrix Lestrange».

Draco compartía casi el mismo lazo sanguíneo con Sirius y Bellatrix, pero a él jamás lo habían acusado de nada. Siempre se escondió detrás de su prestigiado apellido y del dinero de su familia que nadie jamás se atrevió a señalarlo de mala manera nunca. Se preguntó si eso era por el apellido de Draco o simplemente porque él era un hombre.

Cuando salió del mundo muggle tenía la ligera esperanza de que fuera distinto, pero se encontró con más de lo mismo. A Harry lo tacharon de héroe en cuanto pisó Hogwarts. Pero ella no era más que la sobrina de un asesino o la hija de un mortifago.

Hasta cuarto año habían justificado cada error de Harry, pero ella siempre era la villana.

¿Podría llegar a ser distinto si fuera un hombre?

¿En serio todo estaba tan mal como para llegar a condenarla por el simple hecho de ser mujer?

¿De verdad estaba destinada a solo ser la sombra de Harry Potter por el resto de su vida?

-Te estoy hablando, mugrosa -dijo Theo en el desayuno. Ella alzó la mirada, frunció el entrecejo-. Nuevamente, Charlie se sumergió en Charlielandia. Bienvenidos a la isla de los ignorados, pónganse cómodos.

-Lo siento, Theo. Estaba pensando en lo que podría llegar a pasar en cuanto el artículo sea publicado.

-No pasará nada que no tenga que pasar -la quiso tranquilizar Pansy-. Deberías pensar mejor en el próximo partido de Quidditch.

-Me expulsaron del equipo, Parkinson -contestó con aburrimiento, recostando su cabeza en sus brazos.

-Me refiero al equipo, cariño de mi vida. Higgs de buscador es lo único que no me convence. Y no estoy segura de poder hacer un buen equipo con Astoria.

-Mejor equipo que con Daphne seguro -dijo Draco, dejando de lado su plato-. Deberías hablarle, no parece tan mala.

Los cuatro, sin un poco de discreción, miraron hacia donde Draco señaló. Astoria estaba sola en la mesa, terminando de desayunar. Tenía un libro al lado que parecía ser de historia de la magia.

-No estamos en primer año para andar haciendo amiguitos -murmuró Pansy, sin despegar la mirada de Astoria-. No es mi problema que la princesita de mami y papi no tenga amigos.

-Tiene a Zabini -dijo Charlie distraídamente, volviendo a dejar caer su cabeza sobre sus brazos. Theo, Pansy y Draco arquearon una ceja al mismo tiempo.