El 14 de febrero, Charlie casi vomita al ver la decoración del gran comedor. Le pregunto a Draco si lo que veía era en serio.
Las paredes estaban cubiertas de flores grandes de un rosa chillón. Y, aún peor, del techo de color azul pálido caían confetis en forma de corazones. Charlie hizo una mueca de disgusto y fue a sentarse en su mesa con sus dos amigos. Theo solo se burlaba de su expresión mientras Draco miraba asqueado todo.
-Mira eso, es patético. Lo hechizaria si no me quitarán puntos. -Draco señaló al profesor en la mesa, Lockhart, que llevaba una túnica de un vivo color rosa que combinaba con la decoración, reclamaba silencio con las manos. Los profesores que tenía a ambos lados lo miraban estupefactos. Desde su asiento, Charlie pudo ver a la profesora McGonagall con un tic en la mejilla. Snape tenía el mismo aspecto que si se hubiera bebido un gran vaso de crecehuesos.
-¡Feliz día de San Valentín! -gritó Lockhart-. ¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas! Sí, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos vosotros... ¡y no acaba aquí la cosa!
Lockhart dio una palmada, y por la puerta del vestíbulo entraron una docena de enanos de aspecto hosco. Pero no enanos así, tal cual; Lockhart les había puesto alas doradas y además llevaban arpas.
-¡Mis amorosos cupidos portadores de tarjetas! -son-rió Lockhart-.¡Durante todo el día de hoy recorrerán el colegio ofreciéndoos felicitaciones de San Valentín! ¡Y la diversión no acaba aquí! Estoy seguro de que mis colegas querrán compartir el espíritu de este día. ¿Por qué no pedís al profesor Snape que les enseñe a preparar un filtro amoroso? ¡Aunque el profesor Flitwick, el muy pícaro, sabe más sobre encantamientos de ese tipo que ningún otro mago que haya conocido!
El profesor Flitwick se tapó la cara con las manos. Snape parecía dispuesto a envenenar a la primera persona que se atreviera a pedirle un filtro amoroso.
-No sería muy buena idea, no quiero a nadie detrás de mí hoy. -dijo Draco moviendo cómicamente su cabello. Charlie soltó una risita.
-Tranquilo, los enanos no nos visitaran hoy.
Pero más tarde, se dio cuenta que se había equivocado. Con Draco y Theo ya habían escapado de muchos enanitos en lo que iba del día, era horrible.
-¡Señorita!
Se volteó completamente harta cuando miro al noveno enanito de la tarde. Era completamente molesto pero agradecía no ser Draco, él tenía más.
-¡Escúchame, pequeño cupido deforme y acosador, no quiero saber quién envío eso o para que, tengo un día ocupado así que largate o te juro que te daré una patada y te haré volar hasta el mundo muggle! -lo amenazó con enojo. El enanito pareció sorprendido pero de repente, aclaro su garganta y comenzó a recitar un feo poema:
Tus ojos son el portal hacia mi universo deseado, todo lo haces bien. Quisiera que me conocieras más a fondo, pero tendría que crecer.
-Hay días en los que no quiero ser una hija de puta, lastimosamente para tí, este no es uno de esos días. -se acercó con la clara intención de patearlo cuando Ron se puso frente a ella con los ojos bien abiertos.
Había mucha gente rodeándolos tras ver al enanito. Charlie sintió como si la hubieran humillado delante de todo el colegio.
-Tranquila, de seguro es uno de esos tontos de primer año, no hagas caso. -le dijo Ron, tomando su mano para sacarla de allí.
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La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)
Fanfic«Yo pondría al mundo entero de rodillas por Hermione Granger» Donde el doloroso camino de Charlie estaba a punto de ser interrumpido por una inmensa lluvia de colores y sentimientos la cual era Hermione Granger. Eran diferentes, la odiaba. Eran opue...