-¿Una cocina en el sótano? -preguntó con una ligera mueca-. No se porque me esperaba una casa hermosa en blanco y negro. Siento que tendre pesadillas con esta casa durante toda mi vida.
-Lo único que deberías esperarte de los sangre pura es encontrar por ahí alguna máquina que mate hijos de muggles -murmuró Sirius con amargura-. Ven, vamos a sentarnos.
El lugar era apenas menos sombrío que el vestíbulo superior, un cuarto cavernoso con ásperas paredes de piedra. La mayor parte de la luz venía de un gran fuego situado en el extremo más alejado del recinto. Una neblina de humo de pipa flotaba en el aire, semejante a la humareda reinante luego de una batalla, a través de la cual se vislumbraban las amenazantes formas de pesados utensilios de cocina que colgaban del oscuro techo.
Muchas sillas habían sido traídas para la reunión y en el medió se observaba una larga mesa de madera cubierta con rollos de pergamino, copas, y botellas de vino vacías.
-¿Te puedo ofrecer una copa de vino, Charlotte? -preguntó Sirius educadamente, caminando hacia un mueble donde habían un montón de botellas de vino.
-¡Sirius, tiene catorce!
-Tengo quince -le corrigió Charlie a la señora Weasley, quién se disculpó con la mirada-. ¿Puedo beber?
-Por supuesto -asintió Sirius-. Tu padre solía decir que el vino era para la sangre. Aveces creo que solo era una tonta excusa para beber conmigo.
Sirius parecía nostálgico al terminar de hablar, mientras sacaba una copa limpia y miraba con atención el vino. Charlie bajó la mirada, ¿como se suponía que ella misma negara a Regulus Black cuando ni siquiera Sirius lo había dejado ir aún?
-Sirius, más te vale no estar sirviendo una copa para Charlie -dijo Remus entrando al lugar, seguido por Harry, Hermione, Ron, el señor Weasley, Bill y Tonks-. Aún es muy pequeña para tomar.
-Oh, por favor Lunático -Sirius se volteó para mirarlo-. Es mi sobrina, no intentes decirme cómo debo cuidar a mi propia sobrina.
Había una extraña tensión en ese momento entre Sirius y Remus. Como si Sirius estuviera molesto por algo en específico. Apretaba con mucha fuerza la copa en manos.
-Soy su padrino, debo encargarme de su salud, así que tira eso -lo señaló con el dedo. Sirius gruñó y para sorpresa de Charlie, coloco la copa sobre la mesa y la dejo allí.
Después de saludar a los demás, Charlie se sentó al lado de Hermione. Estaba algo incomoda mirando a Sirius y a Remus, ninguno de los dos se dirigía la mirada.
-¿Que crees que pase? -preguntó Hermione en un susurro, también mirando a los dos adultos.
-Pelea de un ex-matrimonio supongo -murmuró. Hermione no comprendió, tampoco decidió preguntar nada al respecto ya que todos se habían sentado en la mesa.
-Uhm, Charlotte -la llamo Sirius, moviendo ansiosamente sus dedos sobre la mesa-. ¿Te quedarás en la habitación de tu padre?
-¿No hay otras habitaciones? -preguntó con desagrado. Sirius suspiró y negó-. Podría quedarme con Harry.
-Por supuesto -dijo Harry, uniéndose a la conversación mientras se sentaba frente a ella-. No me molestaría compartir con ella. Estamos acostumbrados a compartir espacio.
-Harry va a quedarse con Ron -aclaró Sirius-. Tal vez podrías quedarte con tu... amiga -le echo una rápida mirada a Hermione-. ¿Que dices, Granger?
-Yo... ¿si? -Hermione no sabía exactamente qué responder. Tenía la mirada amenazante de Sirius sobre ella y sentía que cualquier movimiento en falso y Sirius podría destruir su vida si se lo propusiera.
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La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)
Fanfiction«Yo pondría al mundo entero de rodillas por Hermione Granger» Donde el doloroso camino de Charlie estaba a punto de ser interrumpido por una inmensa lluvia de colores y sentimientos la cual era Hermione Granger. Eran diferentes, la odiaba. Eran opue...