089. Weasley es nuestro rey.

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-Confieso que jamás imaginé que te tendría así -murmuró. Charlie se estiró en la cama, totalmente exhausta-. Lo quería, desde hace mucho tiempo.

-¿Estas confesando que desde hace mucho tiempo querías tener sexo conmigo? -soltó burlesca. Daphne soltó una pequeña risa.

-Sí, tal vez... -dijo la rubia, sin negar absolutamente nada-. Pero lo que ahora me pregunto...

Su expresión se hizo más seria, se sentó en la cama, tomando una fina sabana cubriendo su cuerpo. La miró directo a los ojos, tal y como... tal y como solo cierta Gryffindor podía hacerlo sin desviar la mirada.

-¿Qué harás con Granger, Black? -preguntó entonces. El miedo se filtró en su voz. Charlie tomó aire mientras cerraba los ojos.

-Voy a terminar con Hermione -cedió entonces. Una pequeña sonrisa se extendió por el rostro de Daphne-. De todos modos lo nuestro no era tan estable como parecía.

Charlie miró al techo. Al contrario de como Hermione creyó, ella parecía estar muy tranquila. Sin preocuparme mucho realmente su relación de ya un tiempo. Se lamentó en silencio, tal vez pudo haber sido suficiente para Charlie si tuviera la sangre pura. Sí tal vez fuera más bonita.

La sangre de los Black corría por las venas de la joven. Era obvio que si debería preferir a alguien con la sangre pura, lo escogería.

Daphne era bonita en todos los sentidos. Al menos en la mayoría. Su cabello era casi tan hermoso como el de Draco, lo cual significaba mucho. Tenía buenas calificaciones, pertenecía a una de las mejores familias del mundo mágico. Era millonaria y heredera de la mitad de toda la fortuna de la familia Greengrass. Tenía lo que quería cuando quería, no le sorprendía que estuviera compartiendo una cama con Charlie en ese momento.

-Jamás creí siquiera me mirarías -murmuró Daphne, jugando con los dedos de Black-. Creí que te gustaban los castaños. Ya sabes, el imbécil de Diggory y la sangre sucia de Granger.

-¿Jamás pensaste en que pudo haber sido un truco para ponerte celosa? -jugó Black. Daphne soltó una risa nasal, remojandose los labios-. Jamás me fijaría en Hermione Granger. Esa insufrible e irritante sangre barata.

-Me sorprende no haber escuchado estas palabras de tí años antes.

Charlie rió, pero su risa se fue escuchando cada vez más lejana. Un fuerte sentimiento como si cayera invadió a Hermione y de repente, abrió los ojos de par en par, con el corazón latiendo tan fuerte que se le pudo haber salido del pecho.

Estaba allí, en su habitación. Sin Charlie. Ese había sido solo un sueño, esperaba que sólo fuera un sueño. Quería que sólo fuera un sueño.

-¿Estas bien? -cerró los ojos con fuerza. No esperaba la presencia de nadie más en esa habitación, pero las cosas jamás salían como ella quería.

-¿Donde está? -preguntó Hermione, levantando la cabeza. Su almohada se sentía húmeda, había estado llorando.

-¿Donde está quién? -se confundió Ginny. Por lo que parecía, la pelirroja acababa de entrar, lo que indicaba que no estaba al tanto de que Hermione había estado llorando mientras dormía-. ¿Charlie? -preguntó distraídamente hasta que cayó en cuenta-, ¿Estaba aquí? ¿Tuvieron sexo de reconciliación?

-¿Donde está Greengrass?

-¡¿Greengrass?! -Ginny abrió la boca, incrédula. Un montón de cosas pasaron por su mente en ese momento y lo único que pudo hacer fue darle a Hermione la peor mirada posible. Corrió hacia la puerta, le colocó seguro y luego se tiró en la cama de Hermione-. ¿Tuviste sexo con Daphne Greengrass? -preguntó en un susurro, como si de un secreto del ministerio se tratase-. ¿Le fuiste infiel a Black... le fuiste infiel a una Black, con una descerebrada? Oh... Pansy te va matar... ¡Aún estás a tiempo de salvar tu vida! Podemos hablar con Fleur, ella podría llevarte a vivir a Francia y así...

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora