099. Pansy's madness.

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—¿Y a ellos que clase de mosca les picó? —preguntó Ron a Charlie durante la cena. Pansy y Theo miraban todo a la lejanía, susurrando entre ellos con una muy mala cara—. No recuerdo que ustedes hayan peleado.

—No lo hicimos -contestó, dándole un mordisco a su sándwich—. No he hablado con ellos desde el tren. No tengo idea, tal vez están preocupados por Draco. Oye, linda, ¿me pasas el jugo?

—No hables con la boca llena —dijo Pansy, frunciendo el ceño cuando se acercó para tomar su varita de encima de la mesa—. Es desagradable.

—¿Hacías magia? Eres menor de edad, podrían...

—No te concierne —la cortó. Charlie alzó las cejas mientras tragaba el bocado aún en su boca. Ron le dirigió una mirada enojada a la ojiverde—. Evita meterte en los asuntos de otros la próxima vez.

—¿Que te pasa? —le preguntó Hermione, levantándose. Pansy la miró con superioridad y Harry volvió a sentir que estaban en primer año, en un enfrentamiento de Pansy contra Hermione.

—No me pasa nada —dijo, con los dientes apretados. Sirvió jugo en un vaso y lo empujó por la mesa, deslizándolo hasta Black. Debido a que la mesa no era del todo liza, el vaso cayó y el contenido se derramó sobre Charlie, quién se levantó mirando su ropa—. Disfruta tu jugo, princesita.

Alzó la mirada entonces, y la mantuvo por un par de segundos hasta que Pansy bajó la mirada. Hermione estaba preparada para volver a discutir, al igual que Harry, pero Pansy ya se había ido del comedor y solo quedaron ellos.

—Oh, no te gastes en ayudarme -le dijo Charlie a Hermione, sonriéndole ligeramente—. La ropa se lava, no te preocupes.

—Ese tipo de ropa no —dijo Ron, levantándose y tomando un par de servilletas—. Esa gabardina, se lava a mano. La magia podría estropearla.

—La lavaré cuando tenga tiempo -le restó importancia—. ¿Te ayudo a limpiar?

—¿Que sucedió? —preguntó la voz de la señora Weasley. Las miradas se dirigieron hacia ella, quién veía confundida como Ron limpiaba la mesa y Harry lavaba un vaso.

—Pa...

—Fue solo un accidente —se apresuró a hablar ella—. Intenté servirme jugo pero tropecé. Lamento haber desperdiciado así la bebida.

—No te preocupes, querida —dijo la señora Weasley, con un clásico tono maternal—. Tengo mucho que lavar... pero puedes dejarme tu ropa en el canasto de tu habitación, me aseguraré de lavarlo antes de que las clases comiencen.

—Fred y George suelen mandar su ropa aquí —dijo Ron entonces, volviéndose a sentar. El pequeño gato naranja sobre la mesa recibía caricias detrás de sus orejas que Ron le proporcionaba—. Viven solos, pero son un desastre. Naturalmente la magia estropea la mayor parte de prendas de magos, así que mamá tiene mucho trabajo.

—No se preocupe, señora Weasley, lo lavaré yo apenas amanezca.

—No es una molestia, querida. Solo déjalo, te lo lavaré, lo prometo —la señora Weasley la tomo por las mejillas y le dejó un beso en la frente, como si Charlie fuera una más de sus hijos—. Sugerí que compartieras una habitación con Theodore y Pansy, pero ellos se negaron, dijeron que estarías más cómoda con Harry.

Charlie tenso la mandíbula, podía sentir que le agarraría una especie de calambre por obligarse a sonreír en ese momento.

—Propuse ayudar a la señora Weasley ayer con la organización —dijo Hermione—, así que hubo un pequeño cambio -la señora Weasley siguió mirando a la castaña, esperando las indicaciones—. Nott, Ginny y Parkinson en la habitación de Ginny, Ron y Harry pueden dormir juntos en la de Ron y Charlie y yo dormiremos en la habitación que solía ser de Fred y George. Creo que así estaríamos todos más cómodos.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora