053. Krum, el ladrón de rehenes

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Como Harry solo le había dicho que le echara un vistazo a sus libros sobre dragones, ella solo le daría un poco de información. No se lo dejaría tan fácil, podrían ser amigos de toda la vida y familia, pero era una competencia y ella quería ganar. No había de otra.

Buscó a Harry con el mapa del merodeador, lo encontró hablando con Ron cerca de la casa de Hagrid. Al parecer él estaba muy mal por la noticia nueva de Rita Skeeter, que había revelado a todos que era un semigigante.

-Potter -colocó una mano en su hombro. Harry se sobresaltó y llevo una de sus manos a su pecho mientras la miraba con confusión-. Hola.

-¿Hola? Tremendo susto el que me acabas de dar, Charlotte -Harry dejo salir aire-. ¿Como estás? ¿Que necesitas?

-¿No puedo saludar a mi primo? -arqueó una ceja. Harry miró a Ron mientras fruncía el ceño.

-Tienes cosas muchísimo más importantes que hacer como para venir a saludarme -contestó Harry metiendo las manos en la bolsillos-. Aunque si quieres pasar tiempo conmigo, puedes quedarte.

-Si... realmente no venía a eso -Charlie metió su mano en la túnica y sacó el mapa del merodeador-. Venía a darte una pequeña pista.

-¿Pista? -Harry tomó con confusión el mapa que su prima le extendía-. ¿Que tipo de pista?

-Lleva el huevo al baño de prefectos del quinto piso y medita bien con agua caliente y burbujas. No olvides sumergirlo. Es todo, los dejo porque debo hacer deberes. Ah, la contraseña es Frescura de pino.

Harry, aún más confundido, miró a Ron mientras su prima volví al castillo.

-¿Que le sucede? -preguntó Harry con una mueca.

-Que lleves el huevo al baño de prefectos. ¿No lo entiendes? Ella ya descubrió cómo abrir el huevo, te lo dijo en la cara. Por Merlín.

-Confío en ella. Iré hoy en la noche.

• • • • • • • •

Días después, los cuatro se encontraban en la biblioteca con un montón de libros sobre las mesas. Buscaban algo para que ayude a Charlie en poder respirar debajo del agua, pues estaba claro que no iba a poder aguantar tanto tiempo si es que debía enfrentar a una sirena o algo parecido.

Faltaban tan solo dos semanas para la próxima prueba y aún no sabían que podían hacer.

-¿No hay algún hechizo? -preguntó Draco, dejando caer su cabeza sobre la mesa-. Estoy muy cansado, ¿podemos volver a la sala común? Ya nos hemos perdido mínimamente la cena.

-Claro, como no eres tú el que debe matar a una sirena o hacer quién sabe que -Draco suspiró.

-No es lo que quise decir. Aún faltan dos semanas, puedes preguntarle a Remus o a Canuto si tienen algo que podría ayudarte.

Tarareó en respuesta, llevando una de sus manos a un libro mientras Pansy seguía hablando sobre cuántas personas más podrían ayudarla. Intentó sacar el libro, pero paró sus movimientos.

Detrás del otro estante, habían unos ojos que la miraban muy atentamente. Charlie apretó la mandíbula y se giró para ver a sus amigos.

-Hagamos lo siguiente -Charlie dejo de nuevo el libro que estaba a punto de agarrar, en el estante-. Vayan a la sala común, duerman y yo voy a seguir investigando. Si viene Filch digo que soy sonámbula, problema resuelto.

-Creo que olvidas que en la sala común hay estantes llenos de libros -murmuró Theo dejando un libro en su lugar-. Puedes buscar algo ahí, te vamos a ayudar.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora