035. El vagabundo y su gran presentación.

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El día de la ejecución de Buckbeak llegó, y el momento de su ejecución estaba cada vez más cerca. Charlie estaba con Draco, mirando la cabaña de Hagrid a lo lejos. El rubio hizo una ligera mueca y miro a la ojigris de reojo.

-¿Crees que debería disculparme con el piojoso? -preguntó soltandó un suspiro. El viento hacia que su cabello se moviera. Charlie coloco las manos en la bolsillos de su chaqueta y asintió.

-Creo que seria lo mejor, de lo contrario...

-¡Tu eres una despreciable y maldita cucaracha!

Ni Charlie ni Draco pudieron reaccionar a tiempo cuando Hermione ya había sacado su varita y había apuntado a Draco con ella. El rubio se pegó a la pared más cercana respirando agitadamente.

-Granger, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir luego... -dijo Draco alzando ambas manos para intentar calmarla. Eso pareció enfurecer aún más a Hermione y el rubio sintió que la varita estaba a punto de hacer un agujero en su garganta.

-Sueltalo en este maldito instante, Granger. -ordenó Charlie fríamente. Hermione no obedeció.

-Dejame terminar con este asqueroso, vil y...

-¡Expelliarmus! -la varita de Hermione voló de su mano a Charlie, quién se la aventó a Ron -. Aléjate de Draco, Hermione.

-¿Como dices? ¿Vas a estar del lado de este... despreciable ser?

-Les pido de la forma más amable que se retiren de aquí antes de que me cansé, por su bien es lo mejor no probar mi paciencia porque les juro que les dare una patada en el trasero a cada uno y los haré volar hasta su torre.

Hermione resopló, enojada. Se dio la vuelta para irse y dio unos pasos hacia Harry y Ron cuando Draco hablo:

-Escuchen. No fue mi -tragó saliva-... No fue mi intención, si hubiera sabido que mi padre haría eso ni siquiera me hubiera puesto delante de ese maldito pollo. ¡Y ese piojoso ni siquiera...!

Entonces Hermione se volteó tan rápido que apenas se dieron cuenta cuando sucedió. Le dio a Draco la cachetada de su vida, volteando su cabeza hacia un lado y le dio otro golpe de propina, rompiéndole la nariz muy probablemente.

Puede que Charlie no haya reaccionado a tiempo, pero si reaccionó y se colocó en medio de ambos, empujando a Hermione y apuntandola con su varita.

-Fue suficiente, Granger -dijo Charlie. La sorpresa de Hermione fue notoria al verla frente a ella con la varita en manos. Respiró profundamente y se dio la vuelta para ir junto con sus amigos.

-Te detesto tanto. -dijo Hermione antes de irse. Charlie soltó un suspiro en cuanto lo hizo y bajo la varita.

-¿Estás bien, Malfoy? -preguntó acercándose a él. Tomó su rostro entre sus manos y comenzó a examinarlo con atención-. Lo mejor será que digas que quien te dejo la marca de una mano en la cara fue otra persona, si dices que fue Hermione eso podría llegar a oídos de McGonagall.

-¿A quien le importa realmente lo que piense McGonagall o no?

-A ella le importa. -dijo Charlie encogiéndose de hombros. Draco llevó ambas manos a las muñecas de Charlie y las retiró de su rostro.

-Charlotte, sabes que odio invadir la privacidad de los demás. Pero eres mi amiga, y te quiero, y quiero tu bien. Quiero saber lo que te sicede y quiero estar ahí para tí cuando me necesites, pero para eso tienes que contarme lo que sucede.

-Vamos a la sala común, tienes sangre en la nariz.

Charlie se dio la vuelta, pero Draco la tomo de la mano. Tenía la mirada relajada y un intentó de sonrisa se asomó por la comisura de sus labios.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora