071. La gran inquisidora.

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Sangre de mi sangre...

Abrió los ojos respirando agitadamente. Pansy no estaba en la habitación y era media noche, volvió a soñar con Voldemort y se sentía como la mierda.

Casi como un reflejo o impulso, se levantó de la cama y caminó por la oscura habitación. Salió de allí, descalza y en pijama. No podía soportar un segundo más la misma habitación de siempre, el mismo sentimiento vacío y las mismas pesadillas.

La sala común estaba vacía, a excepción alguien que estaba tapado con muchas cobijas, mirando las llamas de la chimenea con una fotografía al frente.

-¿Theo? -lo llamó en voz baja. Su amigo volteó, tenía lágrimas en el rostro que se secó con rapidez al verla-. ¿Que pasa, campeón?

Se sentó a su lado. Theo no le dijo palabra alguna y solo le dio una de sus cobijas para que se tapara con eso. Ella lo miró con preocupación.

-Soñé con ella -dijo Theo después de varios segundos en silencio-. Estábamos los dos en la sala, y de repente pum, él la mata. Una y otra vez.

Pareció recrear ese momento en su cabeza, pues se quedó mirando fijamente el fuego. Charlie se acercó a él y lo abrazó con fuerza. Sintió las lágrimas de su mejor amigo mojarle el cuello, pero no importó.

Theo comenzó a sollozar y ella no sabía que hacer. Le dolía verlo de esa manera. Theo había estado con ella desde primer año. La había visto llorar, la había acompañado y había secado cada una de sus lágrimas. Le dolía verlo de esa manera. Vulnerable y roto.

Sus amigos eran de las razones por las cuales ella aún seguía allí, y no tenía manera de agradecerles todo lo que ellos estaban haciendo por ella. Estaban con ella cuando más lo necesitaba. De sus momentos más felices era cuando estaban juntos. Desde el año pasado que las cosas no eran buenas.

El año seguía apestando. Estuvieron incomunicados por todo el verano, las pesadillas los invadían a cada uno cada vez más y estaban llegando al punto de que podían explotar en cualquier momento. Cada uno tenía sus problemas. Draco tenía que lidiar con su padre, que ahora resultó ser uno de los más fieles seguidores del señor tenebroso. Los padres de Pansy también lo eran y Theo vivía un verdadero infierno con su padre, el cual era el asesino de su madre. Charlie por su parte debía lidiar con Voldemort, las pesadillas, los mareos, dolores de cabeza, Umbridge y cansancio físico y mental, y aún así debía aparentar que todo se encontraba bien. No quería preocupar a nadie más con sus cosas. Hermione tenía demasiado de que preocuparse, como por ejemplo por ella misma, sus estudios o tal vez Harry. Sus amigos tenían sus propios problemas y ella se sentía sola, a pesar de siempre estar rodeada de gente, se sentía sola y era un sentimiento que no se lo deseaba a nadie.

Theo estuvo desahogandose por un largo rato. Charlie había pasado tanto tiempo centrándose en sí misma y en lo cansada que estaba, que olvidaba que sus amigos también estaban lidiando con sus propios demonios por dentro. No tenían vidas normales, y lo sabían. Una vida normal no debería estar rodeada de sufrimiento. No era justo para ninguno de ellos. Eran adolescentes, tan sólo tenían quince años y ya estaban obligados a pensar como adultos. A afrontar las cosas con madurez, a estar preparados para lo que sea. Y ella lo estaba, después de haber visto la muerte de su amigo, haber sido perseguida por Voldemort por años y haber visto una serpiente gigante. Ella creía que estaba preparada para todo, con lo único que no contaba era que para lo único que no estaba preparada y jamás lo estaría, era para ver a sus seres queridos caer, uno por uno.

Miró a Theo, dormido en el sillón después de tanto llorar. Lo cubrió con las cobijas. El abrazaba con fuerza un portarretrato que tenía una fotografía de él y su madre.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora