057. El laberinto

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-¿Crees que Dumbledore hace lo correcto confiando en Snape? -preguntó Pansy sentándose en la cama de Draco.

Charlie había vuelto de la oficina de Dumbledore y les había contado a detalle lo que había pasado con el pensadero, los recuerdos y en las palabras de Dumbledore.

-Mencionó un segundo espía -murmuró Theo, Charlie alzó la mirada para poder verlo-. Piensen en alguien, un mortifago, que resultó ser bueno. Aliado de Dumbledore. Pasando información del lado oscuro... ¿Quién sería?

-Ahorranos la adivinanza y habla de una vez -murmuró Pansy cruzándose de brazos. Theo resopló.

-Regulus Black -contestó finalmente. Charlie y Pansy compartieron una mirada.

Theo podía ser inteligente en muchos casos, en la mayoría, pero aveces actuaba como si siguiera siendo aquel niño que conocieron en el tren. Decía cosas que no tenían ningún sentido.

-Es absurdo -lo cortó Charlotte dirigiéndole una fría mirada-. No quiero que vuelvas a mencionar ese nombre. No merece siquiera que piense en él. Si hubo otro espía debe de ser alguien que realmente era buena persona, mi padre no era más que el intento de un buen hombre que se cansó de ocultar que era un hijo de puta.

Entonces la puerta de la habitación se abrió de relente. Draco tenía ojeras en los ojos, parecía no haber dormido bien en días. Estaba muy cansado pero aún así con una sonrisa en la comisura de sus labios. Lo primero que hizo fue señalarla a ella.

-Granger está afuera de la sala común, te está buscando para ayudarte a entrenar antes de la prueba.

-¿Donde estabas? -preguntó Pansy ignorandolo-. ¿Y como mierda sabes Granger donde queda nuestra sala común?

-Me siguió, y en mi defensa, estaba ayudando a Harry. Así que Charlotte, ve con la chica antes de que los cuadros la sigan diciendo sangre sucia.

Draco se dejó caer en su cama, al ladod e Pansy. Charlie se levantó con pereza y caminó hacia la puerta. Ni siquiera se molestó en despedirse de alguno de ellos, solo salió de la habitación y bajó las escaleras con prisa.

Murmuró la contraseña y el muro la dejo pasar. Lo primero que vio fue a Hermione recargada en una de las paredes de la mazmorra. Algunos cuadros la miraban como si la estuviera juzgando en silencio. Ella hizo una ligera mueca y se acercó.

-¿Buen día? -Hermione se volteó para mirarla, le sonrió un poco aunque su sonrisa se borró al ver el rostro de la chica.

-No dormiste -dijo Hermione cruzándose de brazos. La de ojos grises le sonrió con inocencia mientras caminaba para salir de las mazmorras, con la intención de que Hermione la siguiera-. ¿Por qué no dormiste?

-Estaba leyendo varios hechizos y cartas, no podía dormir, mañana tengo la última prueba y necesito estar preparada para lo peor.

-Siempre tan positiva -murmuró Hermione soltando un suspiro-. Diggory fue a la sala común de Gryffindor para hablar con Harry.

-¿Que quería Ced con Harry? -preguntó arqueando una ceja. La simple expresión fastidiada de Hermione le sacó una sonrisa.

-Fue a desearle suerte. No quiero hablar sobre Diggory ahora, ¿te puedo ayudar en algún hechizo que necesites perfeccionar para mañana?

-Te iba preguntar algo similar.

Paró sus movimientos y la miró con las cejas elevadas. Hermione dedujo sus intenciones y negó casi de inmediato. La ojigris hizo una mueca.

-Ya estudie, no te preocupes por mí ahora -dijo Hermione en un intento por convencerla.

-Mañana tienes los últimos exámenes y yo quiero ayudarte a estudiar, ¿sería mucho pedir que dejes tu enorme orgullo de lado y me permitas ayudarte con esto? Al menos quiero pasar tiempo contigo antes de morir.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora