103. Voldemort's past.

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—Jamás entendí por qué de tantas personas que tenías para elegir, elegiste a Hermione Granger.

Charlie miró a Astoria al otro lado del estante. La biblioteca era inmensamente grande, por lo que se encontraban en una sección apartada donde podían encontrar novelas o libros de ciencia ficción.

—No lo sé —respondió con simpleza, encogiéndose de hombros—. No eliges de quién enamorarte.

—¿Cómo fue que supiste que te gustaba? —Charlie rió.

—Lo negué más de lo que me gustaría admitir —contestó, tomando un libro de hechizos de la estantería. Le sacó el polvo, parecía haber sido abandonado desde hace mucho tiempo—. Fue complicado, pero ahora, te juro que no hay nada que no podría llegar a hacer por Hermione. Me gusta, todo de ella me gusta —miró a Astoria, la chica estaba sonriendo—. Me gusta su sonrisa, o la manera en la que frunce las cejas cuando se concentra en algo. Cuando está cansada comienza a tocar demasiado su rostro, y cuando se aburre muerde sus labios. Me gusta que tire datos de la nada dándome a entender que conoce más que yo. A veces arruga la nariz cuando prueba una comida que no le gusta.

—Le prestas mucha atención —dijo Astoria, sonriendo—. Charlie, Hermione Granger es la chica más afortunada de todas.

—¿Por que tendría que serlo? Yo lo soy. Hermione es hermosa, cada cosa de ella me gusta —suspiró—. Amo cada parte de esa mujer.

—Me encantaría que alguien me amara así —murmuró Astoria, sentándose frente a Charlie—. Me encantaría que alguien me prestara tanta atención como para llevar una goma del pelo siempre en su muñeca en el caso de que yo quisiera atarme el cabello.

Charlie se rió mientras seguía limpiando el libro.

—Es de verdad, Black —continuó Astoria—. Como la miras... nunca he visto a una persona tan enamorada.

—Hermione lo merece —contestó Charlie—. Bien, creo que llevaré este libro. Necesitaba aprender nuevos hechizo, tal vez haya algo aquí.

—Lo dudo, todo es la misma mierda —Astoria suspiró, tomando una novela en manos. Ambas caminaron hacia la salida de la biblioteca, donde antes de salir Astoria le dio un codazo—. Ve a saludar a tu mujer.

Charlie se volteó. Pudo ver a Hermione con el ceño ligeramente fruncido, haciendo deberes en una de las mesas alejadas de la biblioteca.

Astoria alzó las manos en el aire, haciéndose a un lado para darle el paso. La vio caminar hacia la mesa de Hermione, moviendo su libro en sus manos y jugando con él.

—¿Nunca sales de la biblioteca? —Hermione alzó la cabeza, dirigiéndole una muy mala mirada hasta que vio que se trataba de su novia, su expresión se suavizó—. Pasaba a saludar, realmente tengo algo de prisa.

—Hacía la tarea de Slughorn, ¿vienes sola? —Hermione tomó su varita de encima de la mesa, acercó una silla hacia ella y la señaló—. Acompañame un segundo, quiero mostrarte algo que descubrí.

—Eso puede significar desde un pelo de dudosa procedencia en un vaso hasta el origen de la magia. Me interesa, creo que Astoria puede esperar.

—¿Astoria? —preguntó Hermione, alzando una ceja. Charlie asintió.

—Theo tiene cierto interés por los libros antiguos, así que me pasó la costumbre, vinimos a buscar eso.

—Ah.

Hermione miró por encima de los hombros de Charlie. Astoria hablaba animadamente con algunos chicos de Hufflepuff que había encontrado en al entrada.

Astoria.

Ella era tan extrovertida y amable, era amigable, tenía estilo, era segura de si misma y muy inteligente, a Hermione no le sorprendía que tuviera muchos amigos. Era bonita y alegre, pero no lo suficiente como para que le pasaran encima.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora